Crisis y proyectos

El panorama editorial valenciano está presidido este año por la crisis de la empresa más potente: el Consorci d'Editors Valencians, creado en 1983 con apoyo de la Generalitat, cuya expansión se basó en libros de texto para la enseñanza en lengua autóctona y ha entrado en un desastre financiero irreversible.El vacío creado por esta catástrofe, ha animado la aparición de nuevos proyectos en el campo de la literatura infantil y juvenil y del libro de texto. Predominan empresas pequeñas que atienden, sobre todo, a literatura en catalán. El sector cuenta con una empresa clásica, Tres i Quatre, con colecciones de ensayo, poesía, libros de bolsillo, novela y teatro. La iniciativa más joven y prometedora es Bromera, de Alzira, que combina traducciones extranjeras y obras en catalán.

Empresas de ímpetu individual, más minoritarias, como Víctor Orenga o Malvarrosa, combinan la literatura en catalán y en castellano. En este último idioma destaca, sin embargo, la editorial Pre-Textos, que ha atravesado periodos de irregular presencia en las librerías pero que últimamente ha vuelto a normalizar su contacto refinado y sugestivo con el lector.

Las edición de carácter institucional se ha centrado en las publicaciones de la Consejería de Cultura y otros organismos; y en las producciones de dos organismos autónomos de estudio e investigación: la Institució Valenciana d'Estudis i Investigació (IVEI), en Valencia, dependiente de la Generalitat y la Diputación, y el Instituto de Estudios Juan Gil Albert, de la Diputación de Alicante. En un ámbito comarcal hay que destacar el Institut d'Estudis Comarcals Alfons el Vell, del Ayuntamiento de Gandía.

La situación del mundo editorial valenciano, cuando se celebra el quinto centenario de Tirant lo Blanc y la Generalitat prepara una gran exposición sobre la imprenta puede definirse como inestable, prometedora y muy alejada, en cantidad y calidad, de la producción en Madrid y Barcelona.