Una epidemia de 'dengue' amenaza la selva peruana
Un mosquito pequeño y silencioso, con un nombre científico enrevesado -Aedes aegypti-, que las gentes del trópico latinoamericano han bautizado como dengue, acaba de provocar la emergencia sanitaria más preocupante de los últimos tiempos en la selva amazónica. La primera señal de alarma surgió en abril pasado en Iquitos, capital de la Amazonía peruana. Hoy, más de la cuarta parte de la población iquiteña está afectada y uno de cada tres pobladores ha pasado ya la enfermedad. Sólo en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de esa ciudad el 80% de los estudiantes y profesores tenía dengue a finales de mayo pasado.Esta enfermedad se conoce también como fiebre roja, y es endémica en Indochina, Filipinas y África ecuatorial y occidental. Se caracteriza por un comienzo brutal, con dolores simultáneos en músculos y huesos, congestión de los ojos y vías respiratorias. Estos síntomas se acompañan de fiebre muy alta que suele remitir a los cuatro días. Normalmente se cura a la semana, pero va seguida con frecuencia de una recaída. El problema principal que plantea el dengue consiste en que los distintos tipos de virus causantes de esa enfermedad pueden provocar fiebres hemorrágicas. Estas se observaron por primera vez en el sureste asiático en 1953, y a menudo evolucionan hacia un cuadro mortal.
Las hembras del mosquito
Hasta hoy no existe vacuna contra esta dolencia, y la única prevención es el ataque frontal con insecticida en todos los posibles focos donde se desarrolla el mosquito. La hembra del mosquito del dengue deposita entre 50 y 150 huevos cada tres días, que se convierten en adultos en 10 o 15 días. Las hembras viven sólo un mes y necesitan nutrirse de sangre humana para ovular. Se calcula que en las zonas tropicales de todo el planeta están en peligro de contraer el dengue 2.000 millones de personas que viven en esas regiones.Convertidas en áreas endémicas, donde los pobladores muchas veces ya corren altos riesgos por estar desprotegidos inmunológica y nutricionalmente debido a las condiciones sanitarias, alimenticias y climáticas en que se desenvuelven, el Aedes aegypti se convierte en un enemigo mayor, portador de dolor y en casos extremos, pero muy probables, de muerte. Este animal transmite también un tipo de fiebre amarilla urbana y algunas formas de encefalitis que ya de por sí disminuyen las defensas del organismo.
Hoy, en América del Sur, esta dolencia se expande progresivamente por la Amazonia, habiéndose encontrado casos de diferente gravedad en Venezuela, Colombia, Brasil, Surinam, Guyana francesa, Ecuador y últimamente Perú. Los epidemiólogos peruanos creen que, de no hacerse una campaña de fumigación a fondo para desterrar el mosquito transmisor, puede presentarse una segunda fase del dengue con carácter mortal dentro de dos o tres años, como ya ocurrió en Cuba en 198 7, cuando murieron 150 pacientes afectados por ella.
Mientras tanto, el problema principal para acabar con el mal es el económico. Las autoridades sanitarias peruanas calculan que se necesitan como mínimo 300.000 dólares (30 millones de pesetas) para acabar en una primera etapa con el Aedes aegypti. Algunas fuentes dan incluso una cifra más alta. A comienzos del presente año, cuando el director del hospital regional de Iquitos, José Vela García, dijo al Gobierno local que eran necesarios 80 millones de dólares (8.000 millones de pesetas) para comenzar una fumigación extensiva por todo el Amazonas peruano, el susto fue mayúsculo ya que no se contaba ni con la cuarta parte del dinero.
A comienzos de junio, la única medida que habían tomado las autoridades amazónicas peruanas contra el mosquito consistía en la fumigación eventual con una gran bomba aspersora y dos pequeños tanques de insecticida para una extensión gigantesca.
Para mitigar dolores y malestar a los dengueados, término que ya se ha generalizado en la selva peruana, sólo les queda recurrir a analgésicos, reposo y consumo de líquidos. Los médicos han pedido que se elimine la automedicación de aspirina, pues en los casos que aparecen recaídas este medicamento, que tiene ingredientes anticoagulantes, puede agudizar la aparición de hemorragias.
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