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La conferencia sobre la capa de ozono acuerda que en el año 2000 se elimine la produción de CFC

La conferencia internacional sobre sustancias destructoras de la capa de ozono acordó ayer la total eliminación para el año 20CH) de la producción de clorofluorocarbonos (CFC), los más dañinos de esos compuestos químicos, conforme al calendario más conservador a debate. Los términos de esta agenda fueron los más difíciles de concluir, por delante incluso de los relativos a la transferencia de tecnologías a los países del Tercer Mundo, que fueron asumidos por China e India, países que anunciaron su futura adhesión al Protocolo de Montreal, ahora reformado.

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El Protocolo de Montreal de 1987 fijó un calendario para la eliminación de los CFC que al poco tiempo se reveló insuficiente: diversos estudios mostraron que la destrucción de la capa de ozono era más rápida de lo previsto. El límite del 50% en la producción y consumo de CFC para 1998 fijado entonces era pobre y rápidamente surgió un consenso para su revisión.El conflicto quedó planteado en la fijación de las etapas para esa eliminación, y en torno a él giró buena parte de la conferencia de Londres, concluida la pasada noche. Tras arduas negociaciones la Comunidad Europea propuso un calendario gradual con tope en 1997, que fue rechazado de plano por norteamericanos, japoneses y soviéticos. Estados Unidos llevó la voz cantante e insistió en que de ninguna manera su industria podía aceptar un plazo inferior al del año 2000. Tras continuas idas y venidas, discusiones formales y consultas informales, la Comunidad acabó aceptando esa fecha, un límite forzoso que puede ser recortado voluntariamente por cada país. De hecho, 13 países desarrollados, entre ellos cuatro comunitarios (Bélgica, Holanda, Dinamarca y República Federal de Alemania) anunciaron que cortarían la producción "tan pronto como sea posible, pero no más tarde de 1997.

Sustancias alternativas

Otras sustancias destructoras de la capa de ozono que no fueron incluidas en el protocolo en 1987, el metil cloroformo y el tetracloruro de carbono, obtuvieron plazos de eliminación semejantes, aunque el primero podrá producirse hasta el año 2005. La fabricación de sustancias alternativas y de menor capacidad de destrucción del ozono como los hidroclorofluor carbonos (HCFC) no fue cuestionada, aunque se recomendó oficiosamente la búsqueda de sustitutos.

Los casi 100 países signatarios y observadores se mostraron satisfechos con lo conseguido. Mostafá Tolba director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente dijo sentirse feliz por un acuerdo que consideró histórico y que convierte "al Protocolo de Montreal en un acuerdo internacional mucho más riguroso" Las organizaciones medioambientales ofrecian la otra cara de la moneda. "Los Gobiernos han cedido a la presión de la industria", manifestó Greeripeace, mientras Amigos de la Tierra, condenaba lo que consideraba excesivos plazos: "Esto es jugar con el futuro del planeta. La capa de ozono es demasiado frágil pata correr ese riesgo". Tolba no desautorizó tales críticas. "Hemos tenido que buscar un equilibrio entre lo que dice la ciencia y lo que es tecnológica, financiera y económicamente factible", dijo, antes de recordar que este acuerdo será revisado en 1992.

En Londres también se decidió crear un fondo de 240 millones de dólares para el trienio 1991-93 de ayuda a la reconversión de la tecnología de los países del Tercer Mundo. China y la InJia recibirán 40 millones cada uno, una vez que se adhieran al protocolo.

Estos dos países cuentan con un tercio de la población mundial y no están dispuestos a renunciar a incrementos de calidad de vida que conllevan el uso de productos domésticos, como los frigoríficos, basados en la tecnología refrigerante de los CFC.

Para ellos no era suficiente que los países desarrollados les dieran una ayuda económica -por lo demás insignificante como reconoció el jefe de la delegación norteamericana, William Reilly- con la que adquirir tecnología avanzada a las multinacionales del sector. Maneka Gandhi, ministra de Medio Ambiente de la India, fue la que más abiertamente combatió esa propuesta y la que consiguió que en el protocolo se introdujera la enmienda de que las transferencias tecnológicas han de realizarse "bajo las más favorables condiciones", una fórmula vaga que tanto a ella como el delegado chino consideraron un triunfo y que les llevará a recomendar a sus respectivos Gobiernos la adhesión al protocolo.

La distribución de esas ayudas financieras será fiscalizada por un comité ejecutivo formado por 14 países dividido mitad y mitad entre desarrollados y del Tercer Mundo, que también actuarán como jueces en caso de conflcito por la transferencia de tecnologías.

Tolba destacó también que a la destrucción de la capa de ozono contribuye en un 20% al calentamiento de la atmósfera.

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