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Un diario para una lengua

El autor defiende en este texto la iniciativa de fundar el primer diario en lengua vasca. Al euskera, considera el articulista, le faltan todavía -a pesar de los logros de los últimos años- condiciones mínimas de rehabilitación y un medio escrito, de amplia difusión además, tiene la gran virtud de fijar la lengua.

Me han preguntado durante estos días de nuestra campaña Egunkaria Sortzen (Fundando una Lengua) que para qué necesitamos un diario en euskera, y les he contestado con otra pregunta: "¿Y por qué no?".Resulta curioso el momento de silencio que he provocado.

Los vascos tropezamos con una cierta incomprensión respecto a nuestra lengua. En estos últimos años se han logrado avances institucionales importantes. Sin embargo, su situación es muy difícil, y entre los esfuerzos en curso está la campaña recién puesta en marcha por iniciativa popular en favor de un diario. No es una campaña al estilo de la que parece desprenderse del Instituto Cervantes, de alcances ciertamente ideológicos, por el Gobierno central; ni se trata tampoco de un satélite de comunicación con ambición de influir universalmente, como en el caso de otras lenguas de clara ambición dominadora, sino el modesto propósito de fundar un diario en euskera para que sobreviva. Porque si los vascos conseguimos hace unos años por iniciativa del Gobierno autónomo un canal de televisión, ETB, y una estación oficial de radio en lengua vasca, no debería haber reticencias al plantearnos el proyecto de un diario.

Y aquí, al carácter de algunas críticas, quería llegar:

A las interioridades de esta aspiración de un diario en lengua vasca , el primero en su historia, si descontamos la publicación de Eguna (El Día) durante unos meses en la guerra en Bilbao.

Primero, se plantea por necesidad urgente: a nuestra lengua le vienen faltando muchas condiciones mínimas indispensables para su rehabilitación, la normalización prevista en el Estatuto de autonomía, más fácil de anunciar genéricamente que de respetar de hecho las condiciones mínimas para que su actualización sea posible.

En cuanto a la razón de esta aspiración popular vasca, pienso, primero, que una lengua vive en sus habitantes, en los que la utilizan: pero vive también la lengua potencialmente a otro nivel de expresión en los medios de comunicación, y sobre todo en la prensa diaria.

Importancia de la prensa

El medio escrito tiene, entre otras, la virtud fundamental de fijar la lengua. No se desvanece como la voz o la imagen, y por mucho que lo quemen, a veces, siempre se queda una copia rebelde que se puede reproducir. Lo sé por experiencia. Por otra parte, hasta hace aún poco tiempo, la noticia no cuajaba realmente en el ánimo de las gentes hasta que la veían escrita, la leían; como en el caso sublime de la crónica de un suceso que constituye, al fin y al cabo, el evangelio, después de pasar por los azares de sus trascripciones y traducciones, el Verbo tomó el camino firme de su universalidad en las santas escrituras, las que escuchamos hoy todavía con el antiguo vigor como la palabra de Dios. Lejos de mi ánimo hacer este parangón entre un periódico diario y el santo evangelio del día con la intención de banalizarlo, sino para señalar que aún le queda al diario escrito con las noticias más importantes algo de la antigua y extraordinaria magia de la letra impresa.

Traigo aquí este ejemplo con la intención de razonar mi respuesta, en lugar de responder a la pregunta un tanto zumbona que me hicieron a otra mía similar.

También el euskera, como las demás lenguas que viven todavía, necesita de la escuela pública, de la universidad y de todos los medios de comunicación social, los que constituyen en nuestro días su sistema nervioso; porque el espíritu del hombre, que es su habla, no puede sobrevivir sin que la actualidad lo recorra y vivifique a menudo. Y en nuestro caso extremo, con otra exigencia elemental al margen de los que han podido pasar por primera vez por una escuela en lengua vasca en el curso de estos últimos años, hay muchos miles de vascoparlantes, de los 700.000 que viven regados en Euskadi, que pueden leer, en el castellano aprendido en la escuela y luego continuado en el periódico diario que le trae las noticias vitales de su pueblo y del mundo, pero no, son analfabetos, en euskera, en su lengua materna: éste fue el caso de mis padres, y el de muchos miles más, como los míos: durante el servicio militar, por ejemplo, yo les escribía (aparte de razones muy severas de censura) las únicas palabras que los dirigí en castellano en mi vida, porque a ellos les costaba mucho descifrar la grafía vasca y comprender la secuencia del euskera escrito o literario, que no habían visto nunca.

Pues la ambición de estos 10.000 ejemplares con que queremos iniciar el tiraje de nuestro diario consiste en llegar, aparte de los jóvenes que han tenido la oportunidad de estudiar en euskera, los vascos de lengua, que se encuentren por primera vez con las noticias vitales de cada día, hacer que aprendan a leer en la lengua que hablan, y después puedan llegar a escribirla progresivamente, alfabetizándose en euskera a través del incentivo del periódico, a través de los textos sencillos de la prensa diaria, para asomarse más tarde al libro y al texto literario.

He aquí, dicho seguido, sencillamente, para que me entiendan algunos compañeros a los que respondí con otra pregunta, el objeto de esta campaña, Egunkaria Sortzen, para interesar a los vascos, sean o no hablantes en un diario en euskera; además, claro, de lo que esperamos de la función que cumplirá para la normalización lingüística en la sociedad vasca, necesitada como nunca de una salida cultural digna. Confío en que mis compañeros hayan comprendido ahora el porqué de un modesto diario en euskera.

es periodista y escritor, miembro de la Academia de la Lengua Vasca y miembro del Grupo Promotor Egunkaria Sortzen.

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