Agricultores de Tarragona reciben a Pujol con una lluvia de almendras y avellanas
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, tuvo que hacer frente ayer a una tormenta de avellanas, almendras y barro que le arrojaron unos 300 agricultores en la localidad de Gandesa (Tarragona) nada más bajarse del helicóptero con el que viajó desde Barcelona. Con estas acciones, los agricultores, productores de almendras y avellanas, expresaron su protesta por los bajos precios que rigen desde hace cuatro años en el mercado de frutos secos.
Pujol efectuó ayer una visita relámpago a cinco poblaciones de la comarca tarraconense de la Terra Alta -situada al suroeste de la provincia de Tarragona y una de las más deprimidas de Cataluña-, donde inauguró diversas obras municipales, algunas de ellas terminadas de construir hace más de dos años.El helicóptero de Jordi Pujol aterrizó a las 10.30 en el campo de fútbol de Gandesa. Allí le esperaban cerca de 300 payeses de la comarca, convocados por el sindicato agrario Unió de Pagesos. Nada más pisar tierra, una lluvia de avellanas, almendras y barro empezó a caer sobre Pujol y su séquito, cuyos integrantes intentaron resguardar con sus paraguas al presidente de la Generalitat de los productos que le arrojaban los airados agricultores.
El recibimiento estuvo marcado por silbidos y frases de censura de los campesinos, que portaban diversas pancartas referentes a la crisis de los frutos secos y en las que se criticaba a la Administración central y a la autonómica. Pese a las crispadas protestas y a la tensión existente, Pujol se dirigió a los manifestantes recriminándoles su conducta y mostrándoles su voluntad de reunirse con ellos en el Ayuntamiento de Gandesa.
Las mínimas palabras entrecruzadas entre los manifestantes y Pujol no sirvieron para que los payeses dejaran de arrojar avellanas y almendras. Entonces, Pujol, en uno tono más duro, les instó a mantener la calma. Sin embargo, sus frases fueron inútiles y el presidente entró en el coche resguardado por los paraguas del séquito.
Más tarde, Pujol mantuvo una reunión con una delegación del sindicato Unió de Pagesos, que le entregó un documento en el que los agricultores piden al Gobierno de la Generalitat ayudas para paliar la dura crisis por la que atraviesa el sector de los frutos secos y la potenciación de la agricultura de regadío.
En una conferencia de prensa posterior, el presidente de la Generalitat afirmó que le parecía lógico que los. agricultores protestaran para hacer oír su voz, pero criticó la forma en que se llevó a cabo la acción de ayer. Pujol añadió que los problemas de la comarca de la Terra Alta no se resuelven sólo apoyando a la agncultura, sino potenciando la industria y el turismo.
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