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Un ministro italiano propone Nápoles como sede de la Expo 2000

La decisión final se toma hoy en París

Juan Arias

El ministro socialista italiano Carmelo Conte lanzó ayer la propuesta de que París designe la ciudad de Nápoles como alternativa a Venecia como sede de la Exposición Mundial del año 2000. Cercado por una "protesta mundial" el Gobierno de Giulio Andreotti se vio obligado el martes a retirar la candidatura de Venecia como sede de este acontecimiento, que ponía en peligro el equilibrio de la ciudad, pero en Italia son muchos los que aún no se resignan a que el país pierda una ocasión semejante. El Bureau International des Expositions decide hoy la sede en París.

Según el ministro Conte la candidatura de Nápoles sería muy importante para la capital del sur de Italia, puerta del Mediterráneo, al mismo tiempo que el Gobierno demostraría que de verdad quiere empeñarse en resolver el grave problema del Mediodía italiano.Pero por su parte los venecianos no se resignan a perder la ocasión de que la Expo Mundial del año 2000 se celebre, si no en Venecia, al menos en la región. Por eso, el presidente de la región veneciana, Franco Cremonese, ha demostrado su contrariedad por que el Gobierno haya abandonado completamente la idea de sustituir Venecia por toda la región como sede de la Expo, que habría servido, afirma, para lanzar al Véneto internacionalmente. Y con ironía añade que los diputados contrarios a la candidatura de Venecia, tan activos en el Parlamento en ahogar la candidatura de Venecia, deberán demostrar ahora semejante fervor para legislar todo lo que concierne a la salvación de Venecia, cosa en la que hasta ahora han demostrado más bien "abulia y desinterés".

Mientras tanto, en Venecia, donde los contrarios a la Expo habían organizado una manifestación de súplica a la Virgen para alejar de Venecia la tragedia de la Expo, al conocer la voluntad del Gobierno de retirar la candidatura de Venecia, convirtieron la manifestación religiosa en una fiesta popular de agradecimiento por el milagro". Pero lo cierto es que, como escribió en su editorial Eugenio Scalfari, director de La Repubblica, la decisión del Gobierno de ahorrar a Venecia la invasión de una Expo Mundial no salva a la ciudad de la "dramática situación" en que está.

De ahí que ayer todos los comentaristas, aun habiendo manifestado casi unánimemente su satisfacción por haberse alejado "la nueva peste" de Venecia, se mostraban preocupados por el nuevo peligro que ahora se cierne sobre la ciudad de los canales: que pueda pensarse que con haber desistido de celebrar la Expo en Venecia ya está todo solucionado. Cuantos han criticado estos meses al ministro de Asuntos Exteriores, Gianni de Michelis, por su tozudez en querer defender contra viento y marea la candidatura de Venecia como sede de la Expo, ayer no dejaban de reconocerle, como hizo Scalfari en La Repubblica, que "sus preocupaciones por Venecia no son vanas".

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