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4.000 contras quedarán sin desmovilizar en Nicaragua al concluir mañana el plazo

Antonio Caño

La presidenta Violeta Chamorro estudia la posibilidad de acudir hoy al cuartel general de la Contra en las montañas de Nicaragua para presenciar la ceremonia final de entrega de armas por parte de los rebeldes, que durante casi 10 años combatieron a los sandinistas con financiación de Estados Unidos. Unos 4.000 contras quedarán sin desmovilizar, según fuentes de los cascos azules, después del 10 de junio, la fecha acordada para la culminación de la entrega de armas.

El arzobispo de Managua, cardenal Miguel Obando y Bravo, oficiará hoy en el campamento de El Almendro, a 250 kilómetros de la capital, una misa a la que, además de la presidenta, asistirá el jefe del Estado Mayor de la resistencia nicaragüense, Israel Galeano, Franklyn, acompañado de sus principales comandantes y (le 4.000 de sus hombres. Junto a ellos estarán el jefe de las fuerzas de las Naciones Unidas en Centroamérica (ONUCA), genera, Agustín Quesada, y el responsable de los cascos azules de Nicaragua, coronel Manuel Maldonado, los dos oficiales españoles que han dirigido el desarme.Fuentes de la ONUCA informaron que Franklyn ha prometido que en el acto central de El Almendro entregarán las armas 2.000 combatientes del Ejército de la RN, mientras que en otras zonas donde se encuentran centradas las fuerzas de la contra se producirá este fin de semana una desmovilización prácticamente total.

La esperanza de la ONUCA

Después del domingo, de acuerdo a estos planes, dos de las cinco zonas de seguridad reservadas para la contra quedarán totalmente desarmadas. En la primera y cuarta zona quedarán 500 hombres armados en cada una de ellas, y en la zona quinta, a la que pertenece El Almendro, se mantendrán movilizados unos 2.00 hombres.

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La ONUCA confla que antes de final de mes sólo queden con armas los combatientes de la RN que integrarán la policía rural autorizada por los acuerdos. El propósito confesado por Franklin a los oficiales de la ONU es el de que esa policía, encargada de la seguridad en los llamados polos de desarrollo dedicados a la reinserción de los contras, esté formada por unos 500 hombres.

Además de la RN, quedan sin desarmar los dos grupos rebeldes que no se sumaron a los acuerdos de paz. Los 1.000 hombres del Frente Sur iniciaron ayer negociaciones con el Gobierno para estudiar un calendario de desmovilización, y los guerrileros indígenas, en número desconocido pero reducido, también tienen previsto mantener proximamente contactos.

Uno de los aspectos más contrevertidos es la calidad de las armas que se entregan. Hasta ahora ha sido notorio que la mayor parte, aunque en uso, era anticuada. Existe la preocupación, tanto entre los oficiales de la ONU como entre funcionarios del Gobierno, de que los mejores fusiles y otro material militar ha:zan sido escondidos.

Pese a las inquietudes que persisten, el proceso de desarme cumple con relativo éxito el plazo previsto. Las últimas dudas se despejaron tras una reunión sostenida el 30 de mayo por el jefe del Ejército Popular Sandinista (EPS), general Umberto Ortega, con el comandante Franklyn y el Estado Mayor de la contra.

Como compensación al desarme de la contra, el general Ortega presentó el miércoles a la presidenta Violeta Chamorro un plan de reestructuración y reducción del EPS, que será puesto en práctica una vez la desmovilización de la Resistencia Nicaragüense se haya consumada. Cubiertas estas etapas, vuelve a plantearse la posibilidad de que el general Ortega sea sustituido en su cargo.

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