De Michelis, acusado por un ex alcalde siciliano de connivencia con la Mafia
Las aguas de la mar política italiana se están encrespando de forma alarmante en vísperas de la presidencia italiana de la Comunidad Europea, que se abre el 1 de julio. Gianni de Michelis, veneciano, actual ministro de Asuntos Exteriores y una de las personalidades de mayor relieve del Partido Socialista Italiano (PSI), es acusado por el ex alcalde de Baucina (Palermo) Giuseppe Giaccone de presuntas connivencias con la Mafia, según publica hoy el semanario L'Espresso.
La revista recoge hoy ampliamente las gravísimas acusaciones de mafiosidad lanzadas ante los jueces por el primer arrepentido político de la Mafia, el ex alcalde Giaccone, ex sacerdote y catedrático de Biología Marina de la Universidad de Catania, contra De Michelis, el hombre de las discotecas. Según estas confesiones, que abarcan 50 folios, a finales de diciembre de 1988 tuvo lugar en Roma un encuentro secreto entre el entonces vicepresidente del Gobierno, De Michelis; el hombre del actual primer ministro, Glullo Andreotti, en Sicilia, Calogero Pumilla (amigo a su vez del diputado democristiano siciliano Salvo Lima, también acusado por otro arrepentido de ser "un mafioso"), y el constructor "en olor de Mafia" Giuseppe Taibbi.La supuesta finalidad de la Mafia era conseguir una financiación de 8.000 millones de pesetas para una "investigación hidrogeológica" en tres pueblos cercanos a Palermo. Aquella cifra, se dice, era sólo "para empezar". Y según Giaecone, la operación avalada por De Michelis contemplaba una mordida del 20% al 26% del importe, que sería repartida entre políticos locales y alcaldes. Concretamente, a los alcaldes les tocaba el 6%.
¿Por qué el ex sacerdote y ex alcalde decidió confesarse ante los carabineros y ante el juez Giovanni Falcone el pasado septiembre? Lo explicó él mismo, quien ahora, con su esposa y su hija, está escondido en un bunker fuera de Palermo. Resulta que Talbbi, el empresario mafioso que se había entrevistado con De Michelis en Roma, acababa de ser misteriosamente asesinado "Hablo porque tengo miedo de que me maten como a Taibbi", dijo a Falcone. Interrogado so bre el caso, el secretario del PSI Bettino Craxi, ha afirmado: "De Michelis me ha escrito ya una carta en la que afirma que él no tiene nada que ver en el asunto y que todo ello es absurdo".
Por otra parte, el senador re publicano Libero Gualtieri, pre sidente de la comisión parlamen tarla que investiga el caso ústica el avión de Itavia que se precipitó misteriosamente en el mar de ústica el 27 de junio de 1980 cau sando la muerte a 81 personas ha pedido que la Magistratura indague en las conductas de los socialistas Lelio Lagorio y Rino Formica, entonces ministros de Defensa y de Transportes (Formica es hoy ministro de Finanzas). Gualtieri sugiere que ambos "tuvieron fuertes responsabilidades" en el asunto.
Sacerdotes bajo sospecha
Y por si no hubiera bastantes eseándalos en candelero, en Nápoles, los tres párrocos apodados curas-coraje por haber arremeti(lo durante los pasados meses contra la Camorra (la Mafia napolitana), han caído directa o transversalmente en manos de la justicia. Y el caso, además de haber hecho temblar a la curia cardenalicia de Nápoles, ha levanta(lo una polvareda en la opinión pública. El párroco Gluseppe Raselli acababa de afirmar en una entrevista, refiriéndose a su barrio: "Aquí no existe Dios, no existe el Estado; existe sólo la Camorra, que domina todo". Y de improviso ha sido detenido mientras celebraba una boda, acusado de abusar sexualmente de un muchacho de 14 años.
Por su parte, Antonio Malone, que días atrás había dado la palabra en su parroquia durante ]a misa al ex delincuente arrepentido Nunzio Giuliano, que habló desde el púlpito contra la Camorra, ha sido condenado por haberle arrancado dinero ¡legalrriente a la madre de un drogadicto.
Y por último, Franco Rapullino, párroco de Forcella, uno de los centros de mayor concentracion maflosa, había aparecido recientemente en la prensa porque durante el funeral de un niño asesinado por la Camorra había gritado desde el púlpito: "Marcharos de Nápoles, esto es el infierno. Aquí, el Estado es la Camorra". Y ahora, súbitamente, su cuñado ha ingresado en la cárcel, acusado de ser un mafloso y de estar implicado en toda una serie de subastas públicas poco legales. "Si de verdad mi cuñado es culpable, debe pagar", ha dicho el fogoso párroco. Pero ha añadido: "Lo que me preocupa es lo que la gente dirá ahora. Ya no me creerán cuando critique a la Camorra".
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