Cuéllar se ganó la sustitución de Cepeda mañana
La alegría de Juan Cuéllar tras el festejo era enorme, porque su triunfo le valió para sustituir mañana a Fernando Cepeda: "Estoy tan contento por una cosa como por la otra". Agregaba que la tónica de su carrera hasta ahora era esa, la de ganarse los contratos en el ruedo: "Otros lo tienen más fácil y los obtienen en los despachos, pero nunca podrán sentir la emoción y el orgullo que me envuelve".El diestro de Colmenar de Oreja reconocía que hubo un momento en que pensó que se iría de vacío de la feria e incluso que su carrera se le ponía aún más cuesta arriba: "Fue cuando vi que mis esfuerzos frente al bronco primer toro que me correspondió no servían para el lucimiento. No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido si el último sale igual". Sin embargo, al sacar a éste del caballo en la primera vara, le gustó el son que llevaba en el capote y lo vio todo claro.
"Más claro que Regino, mi apoderado, y que la parte del público que protestó que lo brindase", presumía, para añadir: "Esa es la obligación de un profesional". Señalaba que el animal llegó a la muleta con recorrido y fuerza, siempre que se le torease con ligazón y sobre todo sin dudarle ni cederle un paso. Admitía que se volcó el el morrillo para enterrar la espada porque después de hecho el esfuerzo principal no podía fallar matando, como le sucedió en su anterior: "A éste lo pinché, además de por su peligro, porque no me la jugué igual. Y es que, en la vida y en los toros, querer es poder".
Un José Luis Ramos deprimido y con un hilillo de voz no disimulaba su decepción: "Han sido dos de los toros más difíciles de mi vida, no me han dejado ni darles un paso". Su sensación de impotencia era tan enorme que concluía en tono pesimista: "Dan ganas de dejarlo todo, mi frustración es tremenda, porque ya no tengo ni un contrato hasta la feria de Salamanca".
El enfado de Morenito de Maracay, cuya temporada tiene prácticamente hecha, era más suave y filosófico: "Tampoco me voy a pegar un tiro. Cuando las circunstancias, en forma de toros sosotes, te superan, sólo queda esperar a la siguiente oportunidad". El venezolano se ilusionó algo al inicio de la faena de su primer enemigo: "Pero en vano, porque al tercer muletazo se rajaba. El otro, ni siquiera eso, pues era un mulo sin embestida". Lamentaba que no se corten orejas con las banderillas: "Entonces hacía ya tiempo que me había salido por arriba del escalafón".
Repetición de la novillada
El empresario de la plaza Eduardo Lozano, que confirmaba en el mismo callejón, a la muerte del sexto toro, la sustitución de Cepeda por Cuéllar, indicó que muy pronto repetirá en Las Ventas en el mismo cartel a los tres novilleros triunfadores del miércoles. "La obligación de la empresa es dar combinaciones atractivas", afirmaba, "y yo no encuentro ahora ninguna con más gancho". Sólo se esperará a que se recupere Galán, herido en ese festejo, para fijar la fecha definitiva.
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