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FERIA DE SAN ISIDRO

El ministro y la ley taurina

La fiesta abría ayer, con la suspensión del festejo, un paréntesis, que servía a la afición para hacer recuento y reflexión de los sucedido en los seis festejos anteriores. Algunas cuestiones de cierta relevancia se han producido en la feria, efectivamente. Ninguna -por cierto- que haga referencia a lo que parece preocuparle taurinamente a José Luis Corcuera, ministro del Interior. Entre aquellas cuestiones, por ejemplo, que en seis corridas se han cortado dos orejas, lo cual no es mucho, pero no tan poco como en Sevilla, donde en 17 se cortaron cuatro, que es muy pobre proporción. Espartaco y Paco Alcalde fueron los diestros orejeados en Madrid. También tiene relevancia que algunos buenos toros se hayan ido sin torear.Dos de las cuestiones que, al parecer, más preocupan al ministro del Interior, según manifestó a este periódico hace unos días (ver EL PAÍS del pasado día 11) y se le ha oído decir en otras ocasiones, son el exceso de peso de las reses y el cambio de tercio en varas. Para el ministro es un fraude que salten a la arena toros con más kilos de los que corresponden a su encaste, y sería conveniente tener en cuenta el criterio de los diestros en los cambios de tercio.

La opinión del ministro es muy respetable, por supuesto, y se agradece que la manifieste, pero en estos momentos puede tener más serias connotaciones ya que su departamento está elaborando la ley taurina y el reglamento para su desarrollo, y sería muy peligroso que esas opiniones acabaran incorporadas a dicha normativa. Pues, según otras opiniones, el ministro no tiene razón o, por lo menos, no tiene demasiados motivos para preocuparse: los toros con exceso de peso salen rara vez a los ruedos españoles, con excepción de Madrid, y aún aquí, con poca frecuencia; el toro con exceso de peso será un error, pero no un fraude; la autoridad de los presidentes para cambiar los tercios jamás ha supuesto un problema en el desarrollo de la fiesta ya que, salvo excepciones, lo hacen correctamente; dejar al arbitrio de los matadores esos cambios acabaría por aniquilar un tercio de varas que es fundamental y sin embargo está en crisis precisamente porque los intereses de los matadores han desvalorizado toda la lidia subordinándola -tercio de varas incluído- a las faenas de muleta.

Estas consideraciones se hacen los aficionados, naturalmente unos de acuerdo con lo que decía el ministro, otros no, y ayer tuvieron tiempo de discutirlas más ampliamente pues no había corrida para comentar. Les vino bien porque el tema es importante.

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