El dominio musical
Los espectáculos de teatro-danza que presenta Ananda Dansa siempre tienen coherencia estética, calidad de producción e intencionalidad didáctica. Se puede decir que Ananda no decepciona nunca.El nuevo espectáculo estrenado en la sala Olimpia el viernes por la noche, Basta de danza, parece un canto a la vida primitiva y comunal, una mirada no excesivamente complaciente hacia un pasado común de la humanidad en que las fronteras entre los reinos de la naturaleza, entre las especies o entre los sexos no eran tan claras como luego.
Las escenas que se van sucediendo muestran la profundización de las separaciones conforme el hombre va dominando el medio, el descubrimiento del poder de unos sobre otros y la inevitabilidad del enfrentamiento. Como ya ocurría en espectáculos anteriores, es la música y no la danza lo que domina estética y emocionalmente la escena; con más claridad aquí, porque Pep Llopis ha compuesto unas bellísimas canciones y sonidos -que tocan y cantan en algunos momentos los bailarines en escena- de resonancias arcaicas y fuerte capacidad de evocación.
Ananda Dansa
Basta de dansa. Coreografía: Rosángeles Valls. Música: Pep Llopis. Escenografía y vestuario: Juan del Busto, Edison Valls y Carlos Montesinos. Creación y dirección: Edison Valls.Madrid en danza. Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. Sala Olimpia. Madrid, 4 de mayo.
Hay momentos estáticos atractivos y hallazgos visuales -como los hombres-mono colgados de la cuerda-liana que atraviesa el escenario- que hacen buen uso del espacio escénico, pero la coreografía aparece siempre constreñida por la tarea demostrativa y pantomímica que se le ha encomendado: en este sentido es como si realmente los autores se hubieran tomado en serio el título del espectáculo.
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