Colorido criollo
Kid Creole y sus Coconuts celebraban en esta gira por España su décimo aniversario como grupo de música de baile. Una trayectoria larga y regular que les ha mantenido en un prudente plano medio de actualidad. Ahora, después de grabar siete elepés y ofrecer cientos de conciertos por todo el mundo, regresaron a los escenarios madrileños para ofrecer un espectáculo que reflejase en su totalidad el carácter de la banda. Una fiesta de colorido y ritmo, con 14 músicos incansables entregándose sin reparos, sigue siendo la oferta del Chico Criollo.El espíritu festivalero del sonido y la coreografía es la tónica general de sus conciertos, en los que se cruzan peligrosamente los momentos brillantes con las más sangrantes banalidades. Tres chicas, las Coconuts, bailan frenéticamente desde la primera a la última canción, mientras apoyan con sus escuálidas voces al resto de la banda. Guitarras, bajo, percusiones y sección de metal cumplen perfectamente su papel, y crean con facilidad una trama sonora ideal para que el público baile durante casi dos horas. Poco importan los ritmos empleados para este fin, ritmos que van desde el calipso al soul pasando por un funk relativamente puro y el reggae más comercial. Mención especial merece una vocalista, Cory Daxe, puesto que con su prodigiosa garganta logró los momentos de máxima intensidad de la noche; jazz y blues unidos en una voz y puestos al servicio de músicas mucho más ligeras.
Kid Creole and The Coconuts
August Kid Creole Darnell (voz solista), Adriana Kaegi (voz), Taryn Hagey (voz), Janique Svedberg (voz), Peter Schott (teclados), Eddie Fock (percusión), Cory Daxe (voz), Eugene Grey (guitarra), Danny Blume (guitarra), Carol Colman (bajo), Kenny Fradley (trompeta), Lee Robertson (trombón), Dave Span (batería) y Charlie Lagond (saxo). Sala Jácara. Madrid, 30 de abril
Instrumentalmente, el concierto estuvo muy cuidado. Músicos realmente buenos acostumbrados a jugar con todas las alternativas posibles para cada canción, divirtiéndose comedidamente y transmitiendo calor mediante trucos muy estudiados. Así, luces y coreografía juegan un papel vital en un espectáculo concebido como algo tan visual como musical.
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