Ambiente estudiantil
Al mediodía el rey Juan Carlos y la reina Sofia entraban en la Universidad de Alcalá de Henares, donde se había concentrado numeroso público, acompañados del alcalde de la ciudad, Lorenzo Campos, y del rector de la universidad alcalaína, Manuel Gala.Patio tras patio hasta llegar al tercero, los "ilustres huéspedes" se internaron en el recinto universitario. Allí la tuna dedicó a Sus Majestades sus cánticos mientras accedían al interior del paraninfo de la universidad.
Alcalá de Henares se había vestido hoy de fiesta para dos acontecimientos importantes: por un lado, la entrega del premio Cervantes y, por otro, la concesión de la medalla de oro de la ciudad a Eulalio Ferrer, destacado estudioso de la obra cervantina y creador del único museo iconográfico de El Quijote que existe.Autógrafos
El acto sobrio en el interior del paraninfo se tornó en algarabía y petición de autógrafos al finalizar. Como en años anteriores, los alumnos iberoamericanos que cursan sus estudios en la universidad alcalaína solicitaron que los Reyes posaran con ellos para tener un recuerdo que, ajuicio de los estudiantes, "no tiene precio".
Después, entre bromas del rey don Juan Carlos con estos alumnos, y ante la amenaza de un cielo que se cubría de nubes precipitadamente, acabó un año más la entrega del Premio Cervantes, que ha discurrido sobre un fondo de polémica en torno a su concesión.
En el paraninfo no cabía ni una sola persona más, pero sí se notaron grandes ausencias con respecto a años anteriores: Camilo José Cela, Rafael Alberti, Antonio Gala o Torrente Ballester. Para compensar, fieles a la cita, allí estaban los académicos de la Española, Rosa Chacel, Antonio Buero Vallejo, Pedro Laín Entralgo, Francisco Ayala y otros destacados miembros de la vida literaria e intelectual española.
