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Batalla científica ante el anuncio de un método para bloquear el virus del sida

Isabel Ferrer

La noticia de la modificación de una pequeña porción de ADN (ácido desoxirribonucleico, que compone el patrimonio genético humano) capaz de penetrar en las células y bloquear el virus del sida dada su pureza, ha provocado ya una dimisión y una verdadera batalla científica entre los investigadores de la Universidad de Eindhoven.

El grupo de Química Orgánica de la Universidad de Eindhoven, donde se ha producido la lucha interna, y el de Virología de la Universidad de Amsterdam colaboraron en la consecución del experimento cuyos resultados fueron publicados el pasado viernes día 13 en la revista norteamericana Science.C. van Boeckel, catedrático extraordinario de Química, acaba de presentar una sonora renuncia aduciendo que su colega, el también catedrático H. Buck no ha podido purificar una porción de ADN porque ello resulta imposible. Van Boeckel, que no figura entre los firmantes del artículo de la revista Science, afirma en una carta remitida al rectorado de Eindhoven que el ADN es un material muy inestable y se contamina con facilidad. Según él, en una prueba in vitro como las realizadas por Buck no puede saberse si el bloqueo del virus del sida lo provocó este material o cualquier otra reacción que escapó al científico.

Todas estas declaraciones no han sido hechas en público por Van Boeckel que está ilocalizable lo mismo que su colega Buck. Su portavoz ha sido su propio tutor, el catedrático de Química de Leiden J. van Boom.

La renuncia de Van Boeckel ha destapado también el malestar reinante en su departamento de la Universidad de Eindhoven. A pesar de tratar a diario a Buck, Van Boeckel llevaba más de un año criticando la falta de rigor científico de los trabajos de su colega. Tras mantener una larga relación epistolar con el rectorado, ha decidido dimitir.

Van Boeckel es un joven catedrático de 32 años que trabaja una vez a la semana en el departamento de Química Orgánica de Eindhoven y el resto en los laboratorios de la empresa farmacéutica Organon. La misma ya ha negado que los contratos firmados con la universidad hayan influido en este conflicto, que tiene todos los visos de una batalla interna relacionada con una supuesta, falta de reconocimiento del trabajo de Van Boeckel.

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