Seis años comiendo dignidad
El autor de este artículo intenta explicar el fracaso de las encuestas ante las pasadas elecciones celebradas en Nicaragua por el dilema en que se movía el pueblo: obligado a elegir entre "la aspiración por la dignidad y, el espacio nacional y la sobrevivencia económica". En cualquier caso, todo el proceso electoral ha significado una lección de cultura cívica para todo el mundo.
¿Por qué erraron las encuestas de expertos profesionales norteamericanos, corno Greenberg-Lake, Univision, ABC-Washington Post, las encuestas académicas nacionales y del propio FSLN? ¿Por qué los técnicos en opinión pública de Onuven, OEA y del Centro Carter también se sorprendieron por los resultados? ¿Por qué la gran mayoría, por no decir la totalidad de los observadores internacionales, creyeron en una amplia victoria sandinista? ¿Por qué Washington y el presidente, Bush anunciaron acomodos para enfrentarse al previsible triunfo del sandinismo? Incluso, ¿por qué la propia UNO, que manifestaba días antes del triunfo su confianza en la victoria, estaba sorprendida por los resultados e impreparada para la transición del Gobierno?Estas preguntas no son retóricas ni tienen una fácil y simple respuesta. El resultado electoral refleja la complejidad y el trauma prolongado sufrido por el pueblo de Nicaragua, que se manifestó en un voto sorpresa. Intentaremos desentrañar algunos elementos iniciales que, por supuesto, requieren un análisis más específico y decantado por el tiempo.
Encuestas incapaces
-Las encuestas electorales son incapaces de captar el significado del voto en un pueblo que no tiene cultura electoral ni experiencia de encuestas, sobre todo en medio de una gran polarización creada por la guerra, el tensionamiento político y la crisis económica.
- La nostalgia por la paz de todos los nicaragüenses se entrecruzaba con un dilema vital entre la aspiración por la dignidad y el espacio nacional y la sobrevivencia económica. Una maestra sintetizó este reto frente a Daniel Ortega en un cara al pueblo en 1989 con una pregunta. reveladora: "Presidente, usted nos prometió en noviembre de 1984 gallo pinto y dignidad. Voté por el FSLN. He comido seis años dignidad, ¿dónde está el gallo pinto?". Una mayoría de nicaragüenses votó por la paz, la sobrevivencia y la superación de las tensiones acumuladas en estos 10 años. Agotados por la guerra y la crisis económica, confiados en que Violeta B. Chamorro, amiga del presidente Bush y del cardenal Obando, tendría más posibilidades que el sandinismo, votaron en una ceremoniosa gesta de civismo, sere:nidad y perpleja ilusión el 25 de febrero. ¿Espejismo, traición, engaño, resignación, miedo? Los énfasis sobre este voto complejo -güegüense lo han llamado algunos por enmascarar la dignidad, el dolor y la Ilusión-, fue un voto difícil para el pueblo y de difícil interpretación.
- También voto de castigo: contra el servicio militar patriótico, que se refleja en el voto por la UNO, incluso en juntas de amplia presencia de electores vinculados al aparato militar; contra las políticas de ajuste económico, que golpearon duramente el ya mínimo nivel de vida y que se manifestó contra la prepotencia de militantes sandinistas, el exceso de propaganda y la falta de sensibilidad de "derroche electoral y triunfalismo" frente a la lipidia [la miseria] de la vida diaria. Voto complejo y confuso, que se manifestó en la perplejidad, incluso en las lágrimas, cuando Daniel Ortega reconoció la derrota y aceptó el mandato del pueblo.
"Conocí a un guerrillero hace años. En este proceso electoral he conocido a un estadista de alcance continental", manifestó el presidente Carter a sus colaboradores. Daniel Ortega ha emergido de la campana y del reconocimiento de la derrota como el gran estadista nacional y el líder del partido mayoritario. El abrazo entre Daniel y doña Violeta al felicitarla por el triunfo es un símbolo de que esta complejidad no se puede resolver sin colaboración entre las dos partes. Doña Violeta, por su parte, representa para muchos la ilusión de la paz, la reconstrucción del país y la reconciliación nacional que su esposo mártir, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, encarnó.
Carácter del voto
En este análisis del carácter del voto se entremezclan un voto por la dignidad, un voto por la paz y la sobrevivencia económica, y también un voto crítico contra el FSLN, incluso de sus propios simpatizantes. La lectura de este voto puede ser engañosa para muchos en Nicaragua, pero especialmente para Washington. Algunos nicaragüenses agotados dijeron uncle, pidieron cacao en términos nicas, pero la reacción entusiasta y masiva de los perdedores la semana posterior al voto puede ser más significativa y compleja que el mismo voto.
Los observadores internacionales de la ONU y la OEA permanecerán en Nicaragua incluso después del 25 de abril, dada la gravedad de esta transición. La transparencia, libertad y civismo electoral han sido un triunfo gigante para Nicaragua, que ha dado una lección de cultura cívica a todo el mundo. El sandinismo ha demostrado el carácter democrático con la derrota, incluso más que si hubiese triunfado. Este triunfo del civismo y la democracia es una conquista de la revolución no sólo para Nicaragua, sino también para los procesos democráticos en Centroamérica. ¿Será la democracia la tumba de la revolución sandinista o la democracia gestada por la revolución abrirá un proceso de rectificación, profundización y consolidación de los logros fundamentales? ¿La autodeterminación, la libertad de organización y expresión y las conquistas sociales y políticas para las grandes mayorías marginadas pueden ser afectadas por un proceso genuinamente democrático?
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