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El rigor presupuestario, clave de la unión monetaria, según los ministros de Finanzas

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Encuentro en la tercera fase
El cambio del marco se producirá en una relación de dos a uno

Los ministros de Finanzas de la CE, los gobernadores de los bancos centrales, el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y el vicepresidente Henning Christophersen, debatieron ayer en el castillo de Ashford, en la costa occidental de Irlanda, el modelo para crear un banco central europeo y una moneda única. Las características de este proceso serán objeto de decisión en la conferencia intergubernamental que comenzará en diciembre para dar cabida a los nuevos poderes que tendrá la CE a través de la reforma de los Tratados.Para el irlandés Albert Reynolds, presidente de la reunión, se ha dado un paso muy importante y según el ministro de Economía, Carlos Solchaga, un avance tan rápido era impensable cuando en la cumbre de Madrid se adquirió el compromiso de la unión monetaría. John Major, ministro de Finanzas británico destacó que cada vez se cumplen más condiciones que aconsejan el ingreso de la libra en el SME. En opinión de Delors y del propio Solchaga esta decisión se producirá probablemente antes de que acabe el año.

Lo que está en juego son la segunda y tercera fase de un proceso que, en su primera etapa de aproximación de las políticas económicas y monetarias de los doce, dará comienzo el próximo 1 de julio. El consejo informal de ayer pone de manifiesto un cambio sustancial en la concepción del alcance y la inmediatez de la unión monetaria, con la única excepción del Reino Unido. Concebida como un objetivo final y complementario de la lógica del mercado único, la unión monetaria ha pasado a convertirse en un medio para llevar a la CE hacia la unión política.

El ministro alemán, Theo Waigel y el gobernador del Bundesbank Karl-Otto Poehl, informaron a los doce de la unión monetaria alemana, que inevitablemente interferirá en el procesó europeo. La RFA realizará una conversión de dos marcos del Este por uno del Oeste, aunque para el ahorro privado inferior a los 2.000 marcos orientales, se respetará la paridad uno por uno. Esta decisión comportará un aumento del 6% en el déficit público alemán como resultado de la financiación del paro y la pérdida de competitividad generados. La unificación monetaria se realizará de forma inmediata, en el verano, porque se prefiere asumir de una vez las tensiones especulativas sobre los tipos de interés del marco.

El contenido de la unión económica y monetaria se resume en 19 mandamientos, entre los que destacan la necesidad de que la reforma del tratado incluya que una mayoría puede imponer a un Estado medidas que le obliguen a corregir su "déficit público excesivo".

Cada Gobierno puede ser presionado a ajustarse a ese saneamiento. Si eso no da resultado, el informe propone mecanismos de sanción que incluyen el recurso al Tribunal de Justicia de la CE, la suspensión de la entrega de fondos comunitarios, la adopción de medidas que se sobrepongan a la ley nacional presupuestaria y, lo más importante, "la exclusión o suspensión de la participación de un país en una mayor integración económica y monetaria". En este aspecto el acuerdo no es completo por la objeción de Francia, entre otros.

Además de la obligación de eliminar los excesos de déficit. el tratado de la CE reformado debería sancionar la prohibición de monetarizar su financiación, así como el rechazo de los bancos centrales de cada país a asumir los riesgos de cambio que su Estado contraiga por préstamos en monedas no comunitarias.

El camino apuntado para la unión monetaria está pendiente aún de múltiples discusiones y consensos. Para España y los restantes países del sur de la Comunidad Europea se plantea el problema de los desequilibrios regionales, que aumentarán como consecuencia de la movilización de capitales hacia las zonas con mayor progreso. Esa asignatura de la cohesión, la CE intenta aplazarla hasta 1993 para no complicar el acuerdo.

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