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Carles, un obispo considerado conservador, sustituye a Jubany en Barcelona

Francesc Valls

Ricard Maria Carles, obispo de Tortosa (Tarragona), fue nombrado ayer por el Papa arzobispo de Barcelona en sustitución del cardenal Narcís Jubany, que cumplió la edad de jubilación -75 años- en agosto de 1988. Carles, considerado un hombre tímido y sencillo, es calificado por sectores cristianos progresistas de "conservador e involucionista", características que, a su juicio, han sido el común denominador de los nombramientos de obispos en el papado de Juan Pablo II.

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Como si fuera catalán

Fuentes eclesiásticas próximas a la cúpula de la Conferencia Episcopal española ya habían manifestado desde hace tiempo que Carles iba a sustituir al cardenal Jubany al frente de la diócesis de Barcelona (véase EL PAÍS del 25 de diciembre de 1988). Estos comentarios crecierón a raíz de la visita que Juan Pablo II realizó a Santiago de Compostela y, Asturias en agosto del año pasado. La virtualidad del nombramiento de Carles cobró mayor firmeza tras la asamblea plenaria del episcopado celebrada el pasado mes de febrero. Con ocasión de esa reunión de obispos españoles, el hasta ayer titular de la diócesis de Tortosa fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del episcopado, lo que a juicio de muchos sectores supuso el espaldarazo definitivo.Carles, según fuentes eclesiásticas, era el candidato que gozaba de las simpatías de la cúpula del episcopado, del nuncio de la Santa Sede en España, Mario Tagliaferri, y de Eduardo Martínez Somalo, cardenal español en la curia romana, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos. La buena reputación de Carles en esos medios venía avalada por el funcionamiento del seminario de Tortosa, única diócesis de Cataluña -además de la de Lérida- cuyos seminaristas no asisten a la Facultad de Teología de Cataluña ni al Seminario Interdiocesano de Barcelona.

Con el nombramiento de Carles concluye un periodo de interinidad en Barcelona que dio pie a todo tipo de interpretaciones. El propio cardenal llegó en una ocasión a utilizar la expresión "estoy in albis", respecto de su sucesión.

Este período de incertidumbre irritó también a los cristianos de base, quienes criticaron el sistema de designación de obispos, por considerarlo "antidemocrático", así como la desinformación que, a su juicio, rodeó el caso. Esta incertidumbre contrastaba con el hecho de que el nombramiento de Carles únicamente aguardaba el momento de su publicación, ya que el período de consultas entre Juan Pablo II y la Secretaría de Estado había concluido hacía meses.

Jubany manifestó ayer su alegría por el nombramiento y agregó que su sucesor tiene las características que él había solicitado en Roma. "Para mí está muy bien, es un buen amigo, que ha trabajado muchos años con nosotros". El mandato del cardenal Jubany, que ha tenido una duración de 18 años, se ha caracterizado por la tolerancia.

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