Mijail Gorbachov, virtual presidente de la URSS
Mijail Gorbachov consiguió ayer su objetivo. Está previsto que hoy se den a conocer los resultados de la votación presidencial celebrada anoche en el Congreso de los Diputados, y con casi total certidumbre resultará elegido jefe del Estado soviético, ya que es el único candidato al cargo. Le costó trabajo y antes tuvo que escuchar numerosas críticas a sus cinco años de gestión. El jefe del Gobierno, Nikolai Rishkov, y el ministro del Interior, Vadim Bakatin, fueron propuestos como contrincantes nominales de Gorbachov, pero retiraron sus candidaturas.
Por su clima emocional y por las tensiones creadas desde el mismo entorno de Mijail Gorbachov, la jornada respondió a la célebre frase del general De Gaulle: "O yo o el diluvio".Por primera vez en público, Rishkov expresó irritación hacia Gorbachov, después de que éste diera la palabra al diputado Anatoli Sobchak. Éste responsabilizó a Rishkov del escándalo de la exportación de carros de combate protagonizado por una empresa de defensa autorizada por el Gobierno.
El líder soviético y sus allegados llegaron a temer que fracasara la propuesta según la cual el primer presidente iba a ser votado por el Congreso de los Diputados y no por sufragio universal, como se prevé para posteriores ocasiones.
La elección del primer presidente en el Congreso fue aceptada por 1.542 votos a favor, 368 en contra y 76 abstenciones, lo que suponía tan sólo 42 votos más de los dos tercios -es decir, 1.500- necesarios para ello. Este resultado se logró tras un intensivo empleo de recursos por parte del líder.
Algunos diputados radicales, que habían manifestado su intención de votar en contra, fueron abordados por la mañana por funcionarios próximos a Gorbachov, según un parlamentario que se encontraba visiblemente confundido por el llamamiento hecho a su sentido de la responsabilidad.
El mensaje de las alturas era que Gorbachov no estaba dispuesto a presentarse a unas elecciones por sufragio universal ahora, y que o le elegían en el Congreso o dimitía. Al margen de la carga de chantaje, tal planteamiento surtió efecto. Precipitadamente, un grupo de ucranios, de letonios y estonios cambió de postura y apoyó finalmente la elección en el Congreso de un presidente entre cuyas competencias está el gobernar por decreto. Los lituanos se abstuvieron en la votación, tal como habían afirmado anteriormente.
Además, antes de votar sobre el procedimiento electoral, Gorbachov prescindió de formalismos y dio la palabra a varios diputados con poder de persuasión e influencia en sectores distintos. Mientras el dramatismo iba aumentando paulatinamente, Anatoli Sobchak recurrió a la parálisis de poder, a las dificultades económicas y a las tensiones interétnicas redondeando con ellos argumentos a favor de Gorbachov.
Nikolai Travkin, un ex obrero y dirigente de la oposición radical en el interior del PCUS, se refirió a la necesidad de un poder personal que sacara de la asfixia a la reforma económica hacia el mercado, habló del gansterismo ministerial y propuso un mandato inicial de tres años en lugar de cinco. Advirtió que de no ser elegido Gorbachov podía ser otro peor.
Serguei Zaliguin, el director de la revista Novi Mir, con influencia en los medios culturales rusos, invocó el peligro de anarquía para apostar a favor del líder. Aleksandr YakovIev, miembro del Politburó y secretario del Comité Central del PCUS, pidió al Congreso que ayudara a pasar de la falta de responsabilidad colectiva a la responsabilidad personal.
Guerra civil
El académico Dimitri Ligachov, símbolo de los valores morales rusos, pidió la elección inmediata para evitar la guerra civil. Hasta un estonio, Endel Lipmaa, dijo que el conocimiento de la política internacional de Gorbachov lo hacía preferible a otros candidatos.Gorbachov fue presentado como candidato por el jefe del partido ucranio, Ivashko, tras un pleno del Comité Central que se celebró durante un descanso de la sesión del Congreso. El pleno, que apenas duró una hora, le eligió unánimemente sin abstenciones ni votos en contra.
En la discusión de su candidatura en el Congreso de los Díputados Populares, Gorbachov tuvo que oír palabras muy duras pronunciadas tanto por diputados radicales como por conservadores. El diputado Avaliani, de la región minera de Kuzbas, le reprochó haber echado por tierra el prestigio del Ejército y haber creado confusión con políticas económicas contradictorias.
El diputado Shelkanov dijo que Gorbachov había mantenido una política voruntarista, había reducido el Ejército sin contar con el Soviet Supremo y que la situación se deterioraba en el Cáucaso.
Como niños dirigiéndose a los Reyes Magos, los diputados enumeraban los deseos que querían ver cumplidos por el futuro presidente. Estos iban desde prótesis para los inválidos de Afganistán hasta acabar con los desastres ecológicos y la escasez. Un oficial dijo que el presidente debía seguir un curso de tres meses en la Academia del Estado Mayor.
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