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Justicia y Defensa aumentan sus fondos reservados, mientras que Interior y Exteriores los congelan

Miguel González

El Gobierno dispondrá este año de un total de 2.781 millones de pesetas para fondos reservados, cuyo empleo escapa a todo control parlamentario, presupuestario e incluso judicial. Esta cifra, que se deduce del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1990 remitido por el Ejecutivo a las Cortes, es superior en 114.522.000 pesetas (un 4,3%) a la del año pasado. No todos los ministerios se benefician en la misma medida del incremento: mientras Interior y Asuntos Exteriores han visto congelados sus gastos secretos, Defensa los ha aumentado en un 6%, y Justicia, en un 50%.

El fuerte incremento de los gastos reservados de Justicia, que pasan de 27.621.000 pesetas a 41.621.000, lo explica el portavoz del departamento, Javier Torrontegui, aduciendo que "esta partida estuvo congelada muchos años y ha sido preciso actualizarla". "El aumento", agrega, "puede ser espectacular porcentualmente, pero no en términos absolutos, pues la cantidad sigue siendo reducida". Otras fuentes del ministerio que dirige Enrique Múgica aseguran que los fondos reservados sirven al departamento para obtener información sobre la situación interna de las prisiones y, especialmente, de los reclusos relacionados con bandas terroristas. El aumento de los fondos se explicaría, según estas fuentes, por el creciente protagonismo de Justicia en la lucha contra el terrorismo, con la dispersión de los presos de ETA y del GRAPO.El Ministerio del Interior, por el contrario, mantiene el mismo volumen de gastos secretos que en 1989 (827.800.000 pesetas). Más de la mitad de dichos fondos los maneja la Secretaría de Estado para la Seguridad, que dirige Rafael Vera, mientras que el ministo y el director general de la Guardia Civil cuentan con cantidades más reducidas y el director general de la Policía no tiene ninguna.

Fue precisamente la negativa del Ministerio del Interior a informar al juez sobre el empleo de dichos fondos, en relación con el denominado caso Amedo, lo que provocó la polémica sobre estas incontroladas partidas, cuya existencia y opacidad fue apasionadamente defendida por el presidente del Gobierno, Felipe González, en el curso de una rueda de prensa en la que popularizó la expresión "desagües del Estado".

Al igual que Interior, el departamento de Asuntos Exteriores mantiene sin variación idéntica cantidad que el pasado año (141.400.000 pesetas).

El Ministerio de Defensa sigue siendo el que más fondos secretos tiene (1.770 millones) y el que los distribuye por un mayor número de organismos, ocho. Más de la mitad de este dinero lo administra, sin embargo, el servicio militar de inteligencia (Cesid). El fuerte aumento de los fondos reservados del Cesid (133 millones) y, en menor medida, del secretario de Estado para la Defensa y de los jefes de Estado Mayor de la Armada y del Aire compensa con creces las reducciones del ministro, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el director de Asuntos Económicos y el Ejército de Tierra. El balance final e s un incremento de 100.522.000 pesetas y representa un 6% más que en 1989.

Los gastos de representación y protocolo se incrementan un 21%

Las partidas consignadas este año por los distintos ministerios bajo el epígrafe de "atenciones protocolarias y representativas" suman en total 2.389.701.000 pesetas lo que supone 413.478.000 pesetas más que el año pasado, un 21% de incremento, frente al 9,4% que han aumentado en conjunto los Presupuestos Generales del Estado. A esta cantidad hay que sumar la correspondiente al Ministerio de Cultura, que no ha podido ser incorporada por no encontrarse accesible el presupuesto de dicho departamento en las Cortes.La existencia de una partida de contenido tan ambigüo como "atenciones protocolarias y representativas" fue objeto de polémica durante la tramitación de los presupuestos de 1989, a raíz del escándalo protagonizado por la ex directora general de RTVE, Pilar Miró, quien compró vestidos a cargo del erario público.

El 26 de octubre de 1988, el Grupo Popular presentó ante el Congreso de Diputados una proposición no de ley en la que recordaba que "no existe una normativa específica que delimite el carácter de tales gastos" y que "el Tribunal de Cuentas ha solicitado, en varias ocasiones, que se dicte una regulación aclaratoria sobre esta materia que evite el despilfarro de fondos públicos".

La proposición, que no llegó a prosperar, establecía una serie de limitaciones para acabar con "el carácter excesivamente discrecional de este tipo de gastos"; entre ellas, que sólo se pudiera financiar la compra de vestuario de carácter reglamentario y que tuviera que acreditarse la identidad de los comensales y el motivo de las comidas celebradas con cargo al presupuesto público.

El ministerio que más gastará este año en protocolo será el de Exteriores (840 millones), que arrebata el puesto a Defensa, el más beneficiado por este tipo de partidas en 1989. Especialmente significativo es el incremento de la partida de Presidencia del Gobierno, que pasa de 47 a 88 millones.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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