Guerra analiza en Montevideo la situación en América Latina
En una conversación con cuatro periodistas españoles en la Embajada de España en Montevideo, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, dio un repaso, sin inhibiciones, a la situación de varios países de América Latina. Habló Guerra desde la campaña electoral de Brasil hasta la crisis argentina, sin dejar un análisis sobre las recientes elecciones en Nicaragua.Según Guerra, la elección presidencial brasileña, en la que Fernando Collor se impuso en la segunda vuelta a Luis Ignacio, Luha da Silva, tuvo "un resultado electoral muy apretado, y si no hay al final la campaña que hubo, tan escalofriante, no sabemos quién hubiera ganado, los medios que utilizaron". Un periodista habló de "campaña sucia", y Guerra dijo: "Terrible, terrible, terrible. Contra Lula fue increíble... Señoras llorando en la televisión, implicando a los hijos...".
Uno de los temas que ocuparon más espacio en la conversación de una media hora con Guerra fue la situación de Argentina. Dijo Guerra que "la situación de Argentina es cada día más compleja y más difícil", al referirse al escaso partido que se ha sacado hasta ahora al tratado de España con Argentina. Según Guerra, "España hizo el esfuerzo, está dispuesta a desarrollar eso muy intensamente, pero, claro, la parte argentina tiene que dedicarse. Tienen otros problemas, comprendo que la ocupación del presidente Menem en este momento está en muchos ámbitos, porque la situación es bastante difícil, más difícil que nunca".
Predestinación
Tras una breve referencia a México, "que tiene otro planteamiento psicológico y cultural", Guerra dijo que "en Argentina parece que es que hay una predestinación del destino de que 'esto no va a funcionar', 'esto no va', y eso hace que la sociedad no se mueva. Además de la sempiterna cosa, la sempiterna acusación esa de que se vive por encima de las posibilidades, individualmente, de que nadie va al campo. Hay riqueza, pero nadie va al campo, se quedan en la ciudad".Sobre Nicaragua manifestó Guerra que es imprescindible la cooperación del Frente Sandinista, y un paso previo es "el desmantelamiento de la contra para garantizar que no va a haber persecuciones fisicas de los que estaban en el sandinismo, y sobre todo de sus dirigentes, de cualquiera". Trató Guerra de hablar desde Montevideo con su homólogo nicaragüense, el vicepresidente Sergio Ramírez, pero las líneas de comunicación no lo permitieron.
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