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Sale del hospital la mujer que se echó al monte por temor a que su marido la matase

Xosé Hermida

Una mujer de 27 años, Begoña Touceda, vecina de una aldea del municipio de Meis (Pontevedra), se echó al monte el pasado miércoles día 21 tras ser supuestamente maltratada por su esposo, Martín Rodríguez Rey, dos años más joven que ella y con el que tiene dos hijos. Cuatro días después, un vecino del lugar la halló entre unas zarzas, envuelta en unos plásticos, en las proximidades de la vivienda familiar. La Guardia Civil había rastreado infructuosamente los bosques de la zona, mientras la familia de la joven cavaba zanjas en las fincas, convencida de que había sido asesinada por el marido. Begoña fue dada de alta ayer en un hospital y asegura que no volverá junto a Martín porque teme que la mate.

Según su propio testimonio Begoña permaneció los cuatro días sin comer, tapada con unos plásticos y junto a una botella de agua que recogía en un río que pasa por las cercanías. "En aquellos momentos pensaba que era mejor morir allí", declaró ayer a EL PAÍS Begoña Touceda, horas antes de abandonar el hospital.En la tarde del pasado miércoles, Martín Rodríguez se disponía a salir de casa para trabajar en una de las fincas de su propiedad. De acuerdo con el relato de Begoña, su marido quería llevarse consigo a la hija mayor del matrimonio, de cuatro años de edad. "Yo le dije que había que peinar a la niña antes de salir, pero él se empeñó en que no, y comenzó a dar me bofetadas".

La ropa, rasgada

La mujer asegura que el marido la expulsó de casa y cerró todas las puertas y ventanas. "Yo le pedí dos testigos para que certificasen que me echaba, pero él sólo quería traer a familiares suyos, y yo me negué. Entonces me encontré con la ropa rasgada, sin un solo duro. No me atrevía a ir a casa de ningún vecino, porque él y su madre siempre me decían que estaban en contra de mí. Y decidí irme al monte".Durante cuatro días, la Guardia Civil rastreó la zona con perros adiestrados. La familia de Begoña comenzó a concentrarse ante el domicilio del matrimonio y a presionar a Martín, quien asegura que fue agredido por uno de los primos de su esposa. Los padres de la joven estaban convencidos de que había sido asesinada por Martín y su madre, que convivía con el matrimonio, e incluso cavaron algunas zanjas en las fincas donde se había visto trabajar al hombre durante los últimos días. Finalmente, Begoña fue hallada a escasos 100 metros de la casa por un vecino, a quien exclamó nada, más ver: "Dejadme como estoy".

Begoña y Martín se conocieron en 1980 y se casaron hace cuatro años. El matrimonio se instaló en la vivienda de padres del marido, en el lugar de Santo Tomé de Nogueira, en el municipio de Meis. Ella era natural de Caldas de Reis, donde trabajó primero en una oficina, y más tarde, en una fábrica de congelados.

"Todo fue bien hasta que hace dos años murió su padre", afirma Begoña. "A partir de entonces pareció perder el respeto. Comenzó a llegar tarde a casa, a no querer salir conmigo y después a pegarme; en una ocasión, con la ayuda de su madre". Según la joven, el marido mantenía relaciones con otras mujeres, pese a que a ella le obligó a abandonar su trabajo, temeroso de que pudiese aprovechar las ausencias del domicilio para serle infiel. La situación estuvo a punto de estallar hace un mes, cuando la esposa presentó una denuncia ante la Guardia Civil por malos tratos, posteriormente retirada después de que el joven prometiese enmendar su conducta.

"La quiero"

Martín tan sólo consintió hacer unas breves declaraciones a este periódico en presencia de su abogada, una ciudadana brasileña que pasa algunas temporadas al año en una vivienda situada enfrente de su domicilio y que declinó identificarse. El joven desmiente que haya maltratado a su esposa. "Ella se fue siete veces, y las siete la fui a buscar a casa de sus padres. Si no la quisiese, ¿por qué iba a ir detrás de ella?".El marido y la abogada también ponen en duda que la mujer estuviese cuatro días en el monte, ya que, según su versión, la Guardia Civil rastreó todos los rincones de la aldea y cuando ella apareció tenía la ropa completamente seca. "Yo no he robado ni he matado", manifiesta Martín; "puedo ir con la cabeza bien alta. Lo único que tengo que decir es que la quiero". Pero Begoña no quiere ver más a su marido: "Tiene una escopeta y es capaz de matarme. Ya en una ocasión me amenazó con un cuchillo".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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