Hans Modrow se 'rinde' incondicionalmente a la RFA
El ministro presidente de la República Democrática Alemana, Hans Modrow, aceptó ayer prácticamente todas las condiciones impuestas por Bonn, sin obtener a cambio el dinero que pedía para atender los problemas inmediatos de la decaída economía de su país. Modrow, en su primera visita a Bonn como jefe del Ejecutivo de Berlín Este, aceptó la puesta en marcha inmediata -la semana que viene- de un comité interalemán destinado a trabajar en la unión monetaria de los dos Estados.
El canciller Helmut Kohl, por su parte, explicó que las cuatro potencias ocupantes de Alemania estaban reuniéndose ayer mismo en Ottawa para convocar una conferencia, junto con los dos Estados alemanes, para tratar el tema de la unificación.Recibido sin ningún tipo de protocolo a primeras horas de la mañana, Modrow aguantó estoicamente la arrogancia de los políticos de la RFA, y, consciente de su total carencia de poder, de su condición de regente interino, intentó simplemente salir con dignidad de tan penoso trance. El primer ministro de la RDA pasó toda la mañana reunido con Kohl], mientras su ministra de Hacienda, Christa Luft, trataba el tema realmente importante con su homónimo occidental, Helmut Haussmann, esto es el de la unión monetaria.
Modrow dio todo el tiempo la impresión de no tener ninguna carta que jugar, mientras que Kohl le exigía la rendición incondicional.
Incluso durante la conferencia de prensa que ambos políticos ofrecieron a media tarde, los escasos temas en que Modrow pretendió tomar el protagonismo fueron inmediatamente contestados por Kohl.
Modrow hizo una lectura de las declaraciones de Kohl en Moscú en el sentido de que el canciller había finalmente reconocido la polémica frontera oriental de la RDA, la constituida por los ríos Oder y Neisse, por la que Alemania perdió una cuarta parte de su territorio en beneficio de Polonia y la Unión Soviética.
Kohl no le dejó casi ni acabar. "Esta cuestión no está decidida" dijo el canciller. "Este es un tema que corresponde al Parlamento".
'Plan cuatro más dos'
Algo más pareció aclararse ayer. Las confusas declaraciones de Kohl a su vuelta de Moscú, el pasado domingo, en las que aseguraba haber obtenido la luz verde soviética para la unificación, pero dejaba aparcado el tema más importante, el del tratado de paz por el que las potencias vencedoras en la II Guerra Mundial se retiren de Alemania. Ayer, Modrow indicó que estaba de acuerdo con el llamado plan cuatro más dos -las cuatro potencias y las dos Alemanias-, por el que aquéllas dejan a los alemanes que decidan libremente su destino y el proceso de unificación, y la velocidad y características del mismo.
Sin embargo, según este plan, la unificación no se haría en función de la retirada de las tropas o de la decisión de neutralizar o no Alemania, sino que este asunto sería tratado posteriormente, una vez que el proceso unificador estuviera ya en marcha.
La visita de Modrow de ayer, que no hace mucho todavía se esperaba con expectación, puso en evidencia cuál es el estado de las cosas actualmente entre los dos Estados alemanes.
Ya no se trata de una reunificación, tampoco de una unificación; se trata de una absorción (anschluss) de la RDA por la RFA. "Ofrecemos nuestra mejor baza económica, el marco alemán", dijo Helmut Kohl tras referirse a "la oportunidad histórica que finalmente va a permitir que volvamos a ser una sola patria".
Modrow no pudo ofrecer nada a cambio, o muy poco. "Nuestro país dispone de buenos trabajadores y de gente creativa, y las grandes industrias y el campo ofrecen grandes oportunidades para la inversión", dijo.
El ministro presidente de la RDA se permitió incluso hablar de la tristeza que le produce "el fracaso del sistema socialista y de sus valores".
Mientras, Kohl no le prestaba la más mínima atención y charlaba con uno de sus colaboradores, y Modrow terminaba asegurando que "esta es una base para la esperanza". Antes había hecho un llamamiento a mantener la legislación social de Alemania Oriental. Kohl apuntaló su postura recordando que durante la pasada semana el promedio de ciudadanos de la RDA que se habían pasado a Occidente superaba los 3.000 diarios, y pidió de nuevo que se quedaran en su país.
Los problemas concretos que pueden surgir en el proceso fueron dejados de lado. Modrow había puesto sobre el tapete el cierto miedo que existe en la RDA ante la llegada de una economía de mercado y ante temas concretos, como el de la tierra. "Muchos campesinos temen que puedan perder sus tierras cuando las reclamen antiguos propietarios que ahora viven en la RFA y que vieron sus propiedades confiscadas por los corministas". Ninguno de los políticos de Bonn presentes en la mesa añadió ningún comentario.
Sin representación
En cualquier caso, la proximidad de las elecciones, para las que faltan tan sólo 32 días, parece darle algo de razón al canciller federal y explicar la vaciedad de contenido de la reunión de ayer.
Modrow ya no representa a casi nadie. Ni siquiera la mayoría de los políticos opositores que le acompañaban son quienes van a salir victoriosos en las elecciones. El problema se le presentará cuando, después del 18 de marzo, tenga que negociar con el SPD, más que probable ganador de las elecciones.
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