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Entrevista:UNA NUEVA EUROPA

Dumas: "No queremos la neutralización alemana"

El jefe de la diplomacia gala dice que "Francia aspira a mantener una responsabilidad de gran potencia en Europa"

Francia no pone ningún tipo de condiciones a la reunificación alemana, pero es contraria a la neutralización del Estado que resulte de ese proceso, afirma Roland Dumas, ministro francés de Asuntos Exteriores. Según Dumas, mientras la URSS siga siendo una gran potencia militar, Francia necesita una Alemania comprometida militarmente con Occidente y es partidaria de la presencia de tropas norteamericanas en el viejo continente. En su despacho del Quai d'Orsay, el ministro recibe a representantes de cuatro periódicos europeos, incluido EL PAÍS.

Pregunta. ¿Cuál es su análisis de la última propuesta del presidente Bush sobre reducción de tropas en Europa?Respuesta. Francia la ha recibido favorablemente, con la matización de que este tipo de iniciativas no debe conducir ni a una neutralización precipitada de Alemania ni a un divorcio en la alianza entre EE UU y Europa.

P. ¿Qué importancia le otorga a la presencia militar norteamericana en Europa?

R. Mientras no se complete el actual proceso de desarme, la URSS seguirá siendo una gran potencia militar sobre el suelo europeo, y ningún país de Europa occidental podrá compensar su poderío. Es, pues, deseable que el aliado americano siga manifestando con una presencia militar su solidaridad con la Europa occidental.

P. ¿Es posible que la reunificación de Alemania se produzca antes que la resolución global del problema de la seguridad en Europa?

R. Sí. Las cosas van tan rápidamente que la reunificación alemana está a la vuelta de la esquina. Con toda probabilidad, comenzará a materializarse tras las primeras elecciones libres en la RDA, el próximo 18 de marzo. Francia ha sido la primera en decir que nadie puede discutir el derecho a la autodeterminación del pueblo alemán. Pero eso no nos impide recordar que de la reunificación van a salir nuevos problemas.

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P. ¿Qué tipo de Alemania reunificada sería aceptable desde el punto de vista francés?

R. La reunificación se hará, se está haciendo ya, y Francia no pone ninguna condición previa. Eso sí, Francia tiene aún en Alemania las mismas responsabilidades que los otros tres vencedores de la II Guerra Mundial, y aspira a seguir teniendo una responsabilidad de gran potencia en el diseño de la nueva organización de Europa.

P. ¿Francia acepta el razonamiento de Mijail Gorbachov, que parece decidido a ceder la RDA a la RFA a cambio de la neutralización de Alemania?

R. No sé si ésa es la idea de Gorbachov, pero en todo caso es la de Hans Modrow, el primer ministro de la RDA, y, lo que es más importante, era la idea de Stalin en 1952. No favorecemos esa neutralización.

P. ¿Dónde está el peligro para Francia de una Alemania neutral?

R. No tendríamos escudo protector.

P. ¿Ante quién?

R. Ante la URSS, que, repito, sigue siendo una gran potencia militar, con una incontestable superioridad en hombres y material.

P. Pero si la URSS renuncia a su propio escudo protector en la Europa del Este, ¿por qué Francia y los otros países de la Europa occidental tienen que tener uno?

R. Si no hubiera ni un solo soldado soviético en los antiguos países satélites, si todas las tropas soviéticas se instalaran en cuarteles detrás de los Urales, eso, evidentemente, cambiaría los datos del problema. Pero no hemos llegado aún a esa situación. Yo creo que la URSS está seriamente comprometida en el proceso de desarme, pero los occidentales no debemos actuar en desbandada, cada uno por su cuenta. Los occidentales no tenemos que hacer más concesiones de las necesarias y debemos dotarnos de medios serios para verificar la realidad del desarme. En cualquier caso, habrá reunificación sin necesidad de una neutralización al modo como la concebía Stalin.

Conferencia de seguridad

P. Francia ha propuesto la celebración en París de una reunión de los 35 países miembros de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), los firmantes de los acuerdos de Helsinki. ¿Hay ya una fecha para ese encuentro?

R. El presidente Mitterrand quiere que se celebre lo antes posible, lo más tarde el próximo otoño. Yo acabo de entrevistarme en Dublín con el secretario de Estado norteamericano, James Baker, y él ha estado de acuerdo en principio con el lugar y la fecha.

P. Algunos alemanes dicen que reunir la CSCE en París les recordaría la humillación del tratado de Versalles tras la I Guerra Mundial. El alcalde de Berlín ha propuesto como alternativa su ciudad.

R. ¿Es que Berlín no evoca ningún recuerdo?

P. ¿El hecho de que las dos Alemanias contemplen la posibilidad de establecer entre ellas una rápida unión económica y monetaria no va a afectar negativamente a la CE?

R. Cabe tal posibilidad y eso refuerza mi idea de que deberíamos acelerar el proceso de integración de los doce. Francia está dispuesta, pero hay que ver si los otros socios lo están.

P. ¿Piensa usted en el Reino Unido?

R. No pienso en nadie, pero voy a intentar averiguar pronto las intenciones británicas.

P. Los occidentales dan la impresión de ir a remolque de Gorbachov, como si la definición de su nueva doctrina dependiera del destino del presidente soviético.

R. Es incontestable que el camino recorrido le debe mucho a Gorbachov. Sin embargo, eso no quiere decir que si él desaparece ese camino vuelva a ser recorrido en sentido inverso. En todo caso, yo deseo su éxito, porque para llevar a término esta gran empresa de desarme Gorbachov cuenta mucho.

Ahora parece que ha conseguido una importante victoria en el último pleno del comité central al plantear la posible próxima abolición del papel hegemónico en la vida soviética del partido comunista, y todos debemos felicitarnos por ello. Gorbachov es un gran hombre de Estado, un estratega consciente de las relaciones de fuerza en el mundo, un personaje de la estirpe de Pedro el Grande y la emperatriz Catalina.

Ganar perdiendo

P. Si el proceso desencadenado por Gorbachov culmina con la neutralización de Alemania y la evacuación de Europa por las tropas norteamericanas, ¿no teme usted que la URSS consiga la gran paradoja de ganar perdiendo?

R. Veamos, ¿qué es lo que está triunfando ahora? Es la libertad, la democracia, los valores de Occidente. Yo creo que Gorbachov ha tenido desde el primer momento un gran diseño y que se atiene a él. Ese diseño parte de un análisis lúcido del fracaso del régimen que desde 1945 ha oprimido a los pueblos de Europa central y oriental. Gorbachov ha querido que esos pueblos vuelvan a una Europa a la que pertenecen por razones históricas, geográficas y culturales.

P. ¿Cuál es el objetivo ideológico de Gorbachov?

R. Si me atengo a sus declaraciones en el curso de nuestro último encuentro, yo observé al menos un par de veces un elogio manifiesto de la socialdemocracia.

P. ¿Existe alguna diferencia entre la casa común europea que defiende Gorbachov y la confederación europea que preconiza Mitterrand?

R. Quizá sólo haya una diferencia de vocabulario. La casa común es una bonita definición poética, un término que habla al espíritu. La confederación europea es una noción más jurídica, más concreta.

P. ¿El proyecto confederal de François Mitterrand podría llegar a incluir a la Unión Soviética?

R. Podrían encontrarse soluciones. Los juristas no están desprovistos de imaginación. Al fin y al cabo, Rusia es parte de Europa.

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