García Vargas achaca a maniobras políticas los ataques a centros públicos sanitarios

El Gobierno defenderá siempre los centros públicos sanitarios y a sus profesionales, señaló ayer el ministro de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas, en su comparecencia en el Congreso con motivo del inicio de la legislatura. García Vargas afirmó que, por motivos personales, pudo comprobar la noche del 22 de enero que no hubo agobio en las urgencias hospitalarias de Madrid, por lo que cree que la difusión de la supuesta muerte de dos pacientes por falta de atención en el hospital Gregorio Marañón se debe a una maniobra política de carácter autonómico.

"Los centros públicos sanitarios no son del Gobierno, no son de PSOE", afirmó el ministro de Sanidad y Consumo. "Se han hecho con el dinero de todos los españoles y atacarlos más allá de lo razonable sólo conduce a devaluar un activo que pertenece a todos". García Vargas señaló que sólo el 30% de las urgencias tienen tal condición y que la mayor demanda estos días se debe a la epidemia benigna de gripe, que deberían debe resolverse acudiendo al médico de cabecera.Durante su discurso ante la comisión correspondiente del congreso, el ministro no se refirió en ningún momento al problema del aborto. Al final contestó a una pregunta en este sentido para manifestar el total apoyo del Gobierno a los profesionales que realizan abortos en centros públicos y también señaló posteriormente, que su ministerio no puede tomar iniciativa alguna hasta que seproduzca la reforma del Código Penal.En casi dos horas de discurso, García Vargas abrumó con datos y cifras, repasando las cuatro áreas de que es responsable su ministerio: la promoción de la salud, la asistencia sanitaria, el plan contra drogas y el consumo. Anunció la creación de un Comité Nacional de Bioética y de otro para evaluación de la tecnología, y manifestó la preocupación del ministerio por el tabaquismo y el alcoholismo, sobre todo entre los jóvenes, con sus secuelas de muertes por cáncer y accidentes de tráfico.

Representantes de la oposición criticaron diversos aspectos de lo expuesto por García Vargas. Ramiro Rivera, del Partido Popular, discutió con el ministro respecto al conflicto de médicos titulares y a la necesidad, alegada por el ministro, de no crear expectativas de nuevos servicios sanitarios. Llegó a comparar su actitud en este punto con la del régimen rumano de Ceaucescu y negó que su partido esté detrás del sindicato FESAMT, que no ha firmado el acuerdo de los médicos titulares con el ministerio. Anteriormente, García Vargas se refirió varias veces, sin nombrarlo, a este sindicato, que, dijo, "se ha creado prácticamente para provocar el conflicto".