Cultura quiso llevar a Madrid toda la obra de Dalí anterior a 1960 al negociar su legado

Las negociaciones sobre el legado Dalí entre el Ministerio de Cultura y el Departamento de Cultura de la Generalitat comenzaron en un clima de total desacuerdo, ya que el Gobierno se proponía situar en Madrid todos los cuadros de la herencia anteriores a 1960 y pretendía trasladar a esa ciudad la documentación del pintor para fundar allí el Centro de Estudios Dalinianos. La Generalitat calificó la propuesta de inaceptable". En los meses siguientes, el Ministerio de Cultura fue sensibilizándose a las aspiraciones catalanas y modificó sus propuestas, según explicaron a este diario participantes en la negociación.

La primera sesión formal de negociaciones sobre el legado Dalí se celebró en Madrid poco antes del verano de 1989, después de que los técnicos completaran el inventario de la obra daliniana. Participaron en ella Jaime Brihuega, director general de Bellas Artes, Eduard Carbonell, director general del Patrimonio de la Generalitat, y varios técnicos."Esa reunión estuvo a punto de acabar muy mal, porque aún coleaban en Madrid las reacciones [de la Generalitat] al testamento", explicó a este diario uno de los participantes catalanes; "además, el Ministerio de Cultura presentó una propuesta inaceptable para nosotros, porque había adoptado un criterio cronológico de reparto, en el que todos los cuadros anteriores a 1960, entre ellos los mejores, iban al Centro de Arte Reina Sofía (CARS) de Madrid. Por si esto fuera poco, pretendía llevar la documentación a Madrid y domiciliar allí el Centro de Estudios Dalinianos".

Contacto informal

El clima de la negociación era gélido cuando se produjo el primer paréntesis, motivado por las elecciones europeas, en que ambas partes acordaron no proseguir el diálogo. Así las cosas, este diario ha podido saber que, a finales de julio, Eduard Carbonell hizo una visita privada al CARS, donde sostuvo una conversación informal con su director, Tomás Llorens. En dicha conversación, Carbonell insistió en la necesidad de negociar el reparto desde premisas distintas y obtuvo de Llorens la promesa de que intentaría que la Administración central modificará sus criterios.

No obstante, los contactos negociadores no se reanudaron debido al verano, la campaña electoral y las elecciones parlamentarias y, poco después, por las fiestas navideñas. El 20 de enero, como ya informó este diario, se celebró una reunión en la que tomaron parte Jaime Brihuega, Eduard Carbonell, Tomás Llorens y Daniel Giralt-Miracle, director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

"En la última reunión", dijo a este diario uno de los participantes, "la Administración central había modificado sustancialmente sus criterios, pero su propuesta continuaba siendo de muy difícil aceptación". Cultura había elaborado una lista de 12 cuadros cuya ubicación en el CARS consideraba "irrenunciable" y entre los que se encontraban El Gran Masturbador y Maniquí barcelonés. Además, el ministerio proponía situar en Madrid toda la obra daliniana anterior a 1945 y renunciaba a su intención inicial de establecer el Centro de Estudios Dalinianos en la capital. La representación catalana no aceptó esta línea de negociación y se procedió a buscar alternativas.

"La solución fue elaborar una lista de las 45 mejores obras del legado, en las que se incluían los 12 cuadros que Cultura consideraba irrenunciables", explica uno de los negociadores. "Se adoptó un criterio cronológico distinto, consistente en dividir las obras en tres categorías: cuadros anteriores a 1929, anteriores a 1945 y posteriores a esa fecha. A partir de ahí se procedió al reparto y se vio que los únicos puntos conflictivos eran El Gran Masturbador y Maniquí barcelonés, en el que la Generalitat estaba muy interesada" explican las fuentes consultadas. "Al final", dice uno de los negociadores catalanes, "el clima era tan bueno que hasta el último momento teníamos esperanzas sobre El Gran Masturbador".

Acercamiento de posturas

"Es preciso destacar", señala Giralt-Miracle, "la cordialidad que ha presidido las negociaciones y la progresiva sensibilización de la Administración central respecto de las aspiraciones catalanas, que se ha traducido en una paulatina disminución de sus pretensiones, inicialmente mucho menos favorables a Cataluña".

Las distintas personas próximas a la negociación consultadas por este diario señalan que el diálogo no sólo se centró en el reparto de cuadros, sino que se abordaron también aspectos como el papel de la Fundación Gala-Dalí, la ubicación y funcionamiento del Centro de Estudios Dalinianos y el destino de Púbol y Port Lligat. Parece ser, según testimonios consultados, que el alcalde.de Figueres, Marià Lorca, y el pintor Antoni Pitxot, director del museo Dalí de Figueres, pusieron serias objeciones al acuerdo alcanzado cuando les fue comunicado, el pasado 26 de enero, por el conseller Guitart. De esas objeciones surgió la insistencia de que el cuadro Galarina (1945) fuera incluido en el lote catalán del legado, pues era una exigencia de la fundación.