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INVASIÓN EN PANAMÁ

Vía legal para ha salida de Noriega de la nunciatura

Antonio Caño

Manuel Antonio Noriega ha sido citado a presentarse hoy ante la justicia panameña para responder por la muerte de 10 militares durante el intento golpista del pasado día 3 de octubre. Con esto se abre, una vía legal para la salida del general derrocado de la nunciatura, aunque el presidente Guillermo Endara ha insistido en que posteriomente tendría que ser entregado a Estados Unidos porque el nuevo Gobierno carece de los medios necesarios para juzgarlo.

La citación a Noriega está firmada por el procurador general de la nación, Rogelio Cruz, la máxima autoridad de justicia del país, quien ha considerado que existen pruebas suficientes para presentar cargos conra Noriga por la muerte, de los militares golpistas. No se mencionan, sin embargo, los delitos relacionados con el narcotráfico, por los que el general panameño debería de comparecer ante tribunales norteamericanos.Fuentes próximas a la nunciatura creen que, si no surgen nuevos obstáculos, podría llegarse a una solución "muy pronto", tal vez en las próximas horas. Uno de esos obstáculos podría ser la negativa de Noriega a abandonar la nunciatura, a pesar de que se hubiese llegado a un acuerdo entre el Vaticano y Estados Unidos.

Permiso para irrumpir

En ese caso, según fuentes diplomáticas, las tropas norteamericanas podrían recibir el permiso del nuncio para irrumpir en la sede apostólica y detener al antiguo hombre fuerte panameño.

La decisión del procurador se produjo un día después de que los obispos panameños reclamasen al Papa la entrega de Noriega, que permanece asilado en la nunciatura en Panamá desde el pasado día 24 de diciembre, sin tomar en consideración el país en el que sea juzgado.

La entrega de Noriega a las autoridades panameñas para que responda a la convocatoria del procurador permitiría al Vaticano poner punto y final a esta incertidumbre sin perder gravemente la cara.

El Vaticano ha adelantado que no pondrá a Noriega en manos de unas fuerzas de ocupación, pero el nuncio ha advertido, al mismo tiempo, que la Iglesia buscará tina opción que haga compatible el derecho de asilo con la necesidad de justicia.

En todo caso esta fórmula no dejaría de ser de pobre legitimidad ni de constituir un peligroso antecederite sobre la protección que tienen derecho a prestar las sedes diplomáticas.

Resulta muy difícil de creer que Estados Unidos renuncie a juzgar a Noriega en territorio norteamericano después de haber invadido Panamá en su búsqueda. Su entrega a las autoridades panameñas sería, muy probablemente, un mero trámite en su verdadero destino final una cárcel de Florida.

El propio presidente, Guillermo Endara, reconocía el domingo en unas declaraciones que "el Papa sabe que Panamá no tiene capacidad para juzgar a Noriga". "Una vez que Noriega salga de la nunciatura los norteamericanos se harán cargo de él", dijo.

Mientras prosiguen las negoclaciones entre funcionarios civiles y, militares norteamericanos y del Vaticano sobre estos aspectos, el nuncio, el español, Sebastián Laboa, trata de convencer a Noriega de que se entregue voluntariamente a las tropas norteamericanas porque Estados Unidos es el único país del mundo en el que se le podrá garantizar la vida.

Arroz, pollo y turrón

De estos, y otros temas hablaron Laboa y Noriega, por primera vez ante otras personas, durante la cena de Nochevieja en torno a platos de arroz, pollo y turrón.

Esa noche, Noriega abandonó su encierro en el principal cuarto de invitados de la nunciatura para sentarse a la mesa con otras veinte personas: sus dos principales colaboradores militares (el capitán Eliécer Gaitán y el coronel Nivaldo Madriñán), otros dos civiles panameños, los cuatro miembros de ETA allí refugiados y la esposa de uno de ellos, un ciudadano cubano que buscó asilo el primer día de la invasión, un sacerdote español, el nuncio, las monjas y el resto del persona) que trabaja en la nunciatura.

Noriega se mantuvo casi todo el tiempo en silencio, escuchando a los demás, aunque tuvo un recuerdo con nostalgia para la pasta italiana que le cocinaba su secretaria Marcela y no pudo evitar algunos comentarios sobre el cerco que las tropas norteamericanas mantienen en torno al edificio de la nunciatura.

El general Noriega es blanco de la mayor cacería humana que se recuerda. Nadie sabe con que armas sicológicas puede resistir tantas presiones juntas: un pueblo con ansias de linchamiento, el mayor Ejército del mundo con órdenes claras de que no escape con vida, la Iglesia, que trata de persuadirlo para que se entregue y el abandono de todos sus antiguos colaboradores y amigos.

[Un piloto panameño relacionado con los cargos de tráfico de drogas presentados contra el general Noriega fue detenido ayer y enviado a Miami (Florida, EE UU) para ser juzgado, informó la agencia Efe desde Miami.]

[El presidente de Cuba, Fidel Castro, en su mensaje de felicitación del año nuevo al pueblo cubano se refirió a la "brutal agresión imperialista" que sufre Panamá. Castro indicó que la invasión de ese país centroamericano es un desacato de Estados Unidos "a la opinión pública mundial y a las leyes internacionales, por cometer un hecho sin el menor respeto y consideración hacia los pueblos latinoamericanos". "Cuba no teme ni al bloqueo ni a la agresión directa. No vamos a permitir que lo que estamos haciendo lo destruya el enemigo", afirmó, informa Efe].

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