Los obispos de Panamá piden al Papa que entregue a Noriega
Los obispos de Panamá pidieron ayer al Papa que entregue a Noriega "a la justicia" sin tomar en consideración el país que deba Juzgarlo. Poco antes de esta declaración de la Conferencia Episcopal panameña, las tropas norteamericanas, que siguen rodeando la nunciatura donde el general derrocado permanece asilado desde hace una semana, irrumpieron en la residencia de¡ embajador de Nicaragua en busca de un supuesto arsenal de armas. Como respuesta, el presidente Daniel Ortega ordenó la expulsión de 22 diplomáticos norteamericanos de Managua. El presidente Bush calificó de "lamentable error" el asalto estadounidense a la representación diplomática nicaragüense.
Por otro lado, soldados norteamericanos fuertemente armados registraron ayer las oficinas de la agencia Efe, de Iberia y del Banco Exterior de España en Panamá, en lo que calificaron "un registro de rutina". [El ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez requirió anoche del embajador en Panamá, Tomás Lozano, una detallada información sobre estos registros a empresas españolas.Por su parte, el presidente de la agencia Efe, Alfonso S. Palomares, expresó al embajador de Estados Unidos en Madrid, Joseph Zappala, su "más enérgica protesta" por la acción de los soldados estadounidenses.]
Todos los obispos panameños, encabezados por el arzobispo de Panamá, Marcos Gregorio McGrath, dirigieron ayer una carta a Juan Pablo II en la que le advierten que "el proceso de pacificación y el ordenado retorno a la vida en libertad está impedido mientras dure la permanencia del general Noriega en la nunciatura".
Por esta razón, la Iglesia panameña, que dice actuar "de acuerdo con el nuncio". Sebastián Laboa, pide al Papa que Noriega sea entregado a la justicia bajo ciertas condiciones, entre las que menciona la exclusión de la pena capital, un juicio justo para el general y que sea procesado "sólo por los delitos especificados".
La mención de la pena de muerte en el documento indica que los obispos panameños están pensando que sea juzgado en EE UU. La carta no precisa, sin embargo, a qué justicia debe ser entregado Noriega, si bien deja abierta la puerta a que sea, puesto a disposición de los norteamericarios. "En cuanto al Estado que deba juzgarlo", dice el documento, "dependerá tanto del Gobierno de Panamá como de los tratados internacionales sobre extradición". El mensaje afirma que el Vaticano dispone de asesores jurídicos apropiados para resolver este problema.
La misiva de la Conferencia Episcopal se puede considerar una respuesta a la posición expuesta el viernes por el Vaticano, que concedió asilo político temporal a Noriega y anunció que no entregaría al general a las tropas estadounidenses.
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EE UU asalta la Embajada de Nicaragua en Panamá
Viene de la primera páginaLos obispos panameños consideran a Noriega "autor de crímenes abominables" y mencionan que "la mera posibilidad de que el general no sea llevado ante la justicia provoca un temblor en el pueblo y en la Iglesia panameños". Advierten también al Papa que, de permanecer en libertad en cualquier parte del mundo, también actuará lo antes que pueda contra el Gobierno panameño.
Las tropas de Estados Unidos violaron el derecho a la inmunidad de las sedes diplomáticas y elevaron el clima de tensión militar en Centroamérica al irrumpir por la fuerza en la noche del viernes en la residencia del embajador de Nicargua en Panamá en busca de un presunto arsenal de armas. Esta acción crea un precedente con vistas a la posibilidad de que los norteamericanos decidan atrapar a Manuel Antonio Noriega en el interior de la nunciatura.
El embajador de Nicaragua, Antenor Ferrey, declaró que, después de largas conversaciones con las tropas norteamericanas, forcejeó con un soldado para impedirle el paso a ¡a residencia oficial y ambos cayeron al suelo. La cuñada de Ferrey denunció que fue golpeada en el brazo por un soldado cuando ella quiso llamar por teléfono y que, posteriormente, los militares arrancaron el cable de una de las dos líneas telefónicas de la casa.
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