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HACIA UNA NUEVA EUROPA

La policía dispara contra los manifestantes en Bucarest

Las fuerzas de seguridad rumanas abrieron fuego ayer contra más de 70.000 personas que se manifestaban en Bucarest en contra del presidente Nicolae Ceaucescu y su régimen estalinista. El número de víctimas mortales de la represión, ayer, en pleno centro de la capital rumana era incalculable, aunque fuentes yugoslavas y rumanas cifraban entre 20 y 50 los muertos. Una concentración en el centro de la capital, convocada por el partido comunista (PCR) para expresar la lealtad al presidente se convirtió en una inmensa manifestación contra el dictador.

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Alexis, estudiante griego, fue el primer testigo del horror

Este reaccionó estupefacto y tuvo que interrumpir primero y abreviar su discurso ante una inmensa manifestación que le llamaba "asesino" y coreaba llamamientos en solidaridad con las víctimas de los cuatro últimos días que se cuentan ya en varios miles. La policía abrió fuego contra la multitud y los carros de combate arremetieron contra la masa de gente aplastando a un número indeterminado de personas.El máximo líder soviético Mijail Gorbachov, convocó ayer al embajador rumano en Moscú para pedirle explicaciones por lo que ya es la mayor matanza habida en Europa desde la II Guerra Mundial.La misma escena trágica escena que se dio en el centro de Bucarest, con el Ejército y la policía disparando indiscriminadamente contra la población, se había producido ya por la mañana en la ciudad de Arad, según testimonios recogidos por EL PAÍS. Los rebeldes están ya armados y dispuestos a continuar el levantamiento contra Ceaucescu, según la agencia yugoslava Tanjug.Entre tanto, algunas unidades del Ejército se enfrentaron a la policía en los primeros indicios claros de desocmposición del aparato reprtesivo rumano, según Europa Libre. Bucarest se levantó ayer contra Ceaucescu y su protesta fue ahogada en sangre. Los policías dispararon contra todo ser viviente y los carros de combate aplastaron a grupos de jóvenes y estudiantes. Según Tanjug, los manifestantes repetían incesantemente el célebre grito: "¡No nos moverán!"y "¡Timisoara! ¡Timisoara.1", "Ceaucescu asesino".

Los helicópteros sobrevolaban la ciudad mientras la marcha de los manifestantes aumentaba incesantemente. Después de Timisoara le llegaba el turno a Bucarest, justamente durante la citada manifestación que el PCR había organizado para brindar apoyo a Ceaucescu.A lo largo del día fueron llegando en filas grupos de obreros portando las banderas rumanas y las fotos de Ceaucescu para escuchar el discurso del alcalde de Bucarest, Barbu Petrescu, y del propio Ceaucescu. Cuando el anciano líder se dispuso a hablar, los dóciles manifestantes, de repente, se convirtieron en desobedientes y comenzaron a tirar los retratos del conducator. El discurso de Ceaucescu fue transmitido por la radio y la televisión e interrumpido cada vez que la masa gritaba los eslóganes antigubernamentales "abajo los asesinos", "abajo Ceaucescu".

El presidente volvió a repetir que las manifestaciones en Timisora habían sido organizadas para interrumpir la independencia rumana, mientras que un grupo reducido de los devotos decía: "Ceaucescu y Rumanía son nuestro orgullo".

"No somos fascistas"Al otro lado de la plaza de la República, en frente del hotel Atenea Palas, un grupo reducido de jóvenes comenzó a lanzar las consignas antigubernamentales. A pesar de ello, Ceaucescu continuó su discurso prometiendo alzas salariales de 200 lei, pagas extras de 1.000 lei para las mujeres con un hijo y otros 500 por el segundo, "pues es necesario tener más niños para Rumanía y para el partido". De repente la gente dejó de escuchar y comenzó a unirse a las filas de los jóvenes y estudiantes en frente del hotel Continental, quienes solicitaban la muerte a Ceaucescu.

La policía intervino, en primer lugar, con gases lacrimógenos para que pudiera continuar la manifestación espontánea de apoyo al régimen, pero cuando quedó claro que no se trataba de un grupo de "provocadores" como informó Radio Bucarest en su noticiario de las dos de la tarde, sino de una masa cuyo número aumentaba a velocidad peligrosa, la policía y el Ejército comenzaron a disparar. Tanques y carros blindados se acercaron a la plaza de la República y la masa contestaba atemorizada: "No somos fáscistas".

De repente, policías y militares comenzaron a dispararse unos contra otros, según informó Radio Budapest. Al parecer se inició también una división en el Ejército, mientras la gente cantaba el viejo himno rumano "Despierten los rumanos". Algunos alzaron a sus hijos sobre los hombros para exigir la protección de los niños.

Las últimas informaciones, el caos total reinaba en las calles de Bucarest. Alrededor de las diez de la noche de ayer parecía que la situación en Bucarest se había calmado. En la tarde, informó Tanju, los estudiantes enviaron a sus delegados a las diferentes fábricas de Bucarest para pedir a los obreros que organizaran hoy una huelga general. No sólo entre civiles ha habido muertes en los sucesos de los últimos días en Rumanía. Unos 400 soldados, según una pareja rumana en la misma frontera, han muerto desde el lunes en Timisoara, bajo los disparos de los sublevados, que han tomado armas en sus asaltos a arsenales de la Guardia Patriótica (brazo armado del partido comunista rumano). "Los rebeldes disparan a cuanto uniforme verde pasa ante sus ojos", manifestaron.Un solo rumano descendió ayer de madrugada del tren procedente de Bucarest. "Timisoara parece totalmente destruida. Cristales rotos, libros y retratos de Ceaucescu pisoteados por las calles", contó el rumano casado con una ciudadana húngara, que no quiso identificarse.

Según este rumano, los habitantes de Timisoara ha exigido la entrega de los cadáveres de sus familiares, a los las autoridades responden con el silencio.Al parecer, los cadáveres están siendo enterrados en fosas comunes, e incluso quemados. Entre ellos, numerosos niños mutilados, los niños que estrenaban el sábado su primer día de vacaciones navideñas y por eso se encontraban en las calles jugando.

La emisora oficial Radio Bucarest, emite música patriótica y militar, y repite en cada servicio informativo los logros alcanzados en la economía del país y el gran número de telegramas de adhesión que ha recibido el conducator.

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