El proyecto europeo de formación Comett invertirá 30.000 millones hasta 1994

El programa de investigación europeo Comett II invertirá 230 millones de ECU (30.000 millones de pesetas) entre 1990 y 1994, casi cuatro veces más que en el período anterior. Hasta ahora se han beneficiado de las becas comunitarias 226 estudiantes españoles y 20 profesionales, situando a nuestro país, con un rescate del 11,5%, en cuarto lugar, por detrás del Reino Unido, la RFA y Francia.

La segunda fase del programa europeo Comett para la coope ración universidad-empresa en la formación de nuevas tecno logías dedicará especial aten ción a las áreas de biotecnología y medioambiente, según explicó ayer el ministro de Educación, Javier Solana, a los sectores implicados. La forma ción continua de trabajadores y la activación del empleo son igualmente contempladas de forma prioritaria en este segundo período del proyecto comunitario. En la primera fase del Comett, iniciada en 1987, la producción y fabricación industrial fue el área tecnológica con mayor número de proyectos aceptados, seguida de la dirección de empresas, las tecnologías de la información y, por último, los distintos campos de la química, biología y recursos básicos.

Por sectores de aplicación el programa de investigación europeo Comett II dedicará el 12% de su presupuesto al desarrollo de las Asociaciones Universidad-Empresa para la Formación (AUEF), -de las cuales existen 14 en nuestro país-, y el 8% a medidas complementarias. Las dos parcelas más favorecidas, con un 40% cada una de ellas, son las inversiones en intercambios transnacionales de estudiantes y profesionales y en la realización de proyectos conjuntos de formación muy especializados.

Relaciones difíciles

En declaraciones a EL PAÍS, Ana Crespo, presidenta del comité español del Comett, ha destacado el alto nivel de re torno económico que ha obte nido España durante la prime ra fase del programa europeo, (el 11,5%), "a pesar de las dificultades para poner en contacto a dos mundos tradicional mente divorciados como son la universidad y la empresa". Según Crespo se ha podido constatar estos días la "fluidez" con que han progresado estas relaciones en nuestro país, "aunque todavía es menor el nivel de confianza en la innovación tecnológica", matizó.

El propio Javier Solana insistió ayer en la importancia de fomentar la inversión privada en la investigación y desarrollo para poder competir en el mercado único a partir de 1993. En su opinión, la empresa española cada vez colabora más en este área, aportando el pasado año una parte importante de los 350.000 millones de pesetas