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Baker legitima al nuevo Gobierno de la RDA

Estados Unidos legitimó ayer al Gobierno de La República Democrática Alemana (RDA,), presidido por el reformista Hans Modrow, y propuso un ambicioso plan de cooperación entre las alianzas militares de los dos bloques -la OTAN y el Pacto de Varsovia- destinado a buscar un equilibrio en el futuro de Europa, en el que estos organismos trastocarían su actual carácter militar por uno más político. El secretario de Estado norteamericano, James Baker, que se entrevistó ayer en Berlín Occidental con el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, y pasó después a la ciudad de Potsdam, en la RDA, para visitar a Modrow, esbozó un plan "para la nueva era" en el que propone entablar lazos institucionales entre EE UU y la Comunidad Europea.

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A mediodía, después de desayunar con Kohl, Baker pronunció un trascendental discurso en el Club Internacional de Prensa, en Berlín Occidental, sobre el tema La nueva Europa y el nuevo atlantismo, en el que propuso adaptar los actuales instrumentos de cooperación occidental a los cambios que se están produciendo en Europa. El jefe de la diplomacia norteamericana esbozó un plan para el futuro de Europa en el que contempla la gradual transformación de la Alianza Atlántica en un organismo político encargado de supervisar el proceso de desarme y controlar los temas de derechos humanos.Baker propuso, como primer paso en este sentido, que los 23 ministros de la OTAN y del Pacto de Varsovia, que tienen previsto reunirse en febrero en Ottawa en el marco de la iniciativa Open Skies, aprovechen la ocasión para impulsar las conversaciones de Viena para la reducción del armamento convencional. Según el diplomático estadounidense, las nuevas misiones de la OTAN consistirían en, por una parte, establecer un cuerpo especial destinado a las tareas de verificación de los tratados de control de armamento, que, indicó, podría sumarse a la Unión Europea Occidental; por otro

lado, la OTAN debería intensificar su trabajo para prevenir los posibles conflictos regionales que surjan en una época de cambio, y, "a través del proceso de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE)", desarrollar lazos; políticos y económicos con el Este "para promover el respeto a los derechos humanos, ayudar a construir instituciones democráticas y poner en marcha, de acuerdo con los intereses de seguridad occidentales, un ambiente más abierto para el comercio entre Este y Oeste".

El tema de la reunificación alemana fue tratado por Baker en el contexto del diseño y la puesta en marcha de "una nueva arquitectura para una nueva era". Esta arquitectura propuesta por Baker debe tener dos fines: en primer lugar, como parte de la superación de la división de Europa, "debe existir una oportunidad para superar a través de la paz y la libertad la división de Berlín y de Alemania"; en segundo lugar, esta arquitectura debe reflejar que la seguridad política militar y económica de EE UU sigue íntimamente conectada con la seguridad de Europa.

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Para esto Baker sugirió ayer aumentar significativamente los vínculos entre Estados Unidos y la Comunidad Europea, aprovechando que esta última se dirige hacia la creación de un mercado único en 1992. El diplomático norteamericano sugirió "un tratado o alguna otra forma" de establecer un conjunto de lazos institucionales y consultivos.Baker, que durante el desayuno con el canciller federal Helmut Kohl pudo escuchar de boca de éste la promesa de que la unidad alemana sólo es posible dentro de una arquitectura europea y que "no se puede construir con un dietario", se trasladó por la tarde a la histórica ciudad de Potsdam, a las afueras de Berlín en la RDA, donde se consumó en 1945 la división de Europa y se sembraron las simientes de la guerra fría, para entrevistarse con el primer ministro alemán oriental, Hans Modrow. La primera vez que un secretario de Estado norteamericano se entrevistaba con un dirigente de Berlín Oriental en su propio terreno.

Con este gesto, Estados Unidos garantizaba los esfuerzos de Modrow y de su Gabinete por reformar el país. Baker, que entró en la vieja ciudad donde se hallan los palacios de la monarquía prusiana por el famoso puente de Glienecke -escenario de los intercambios de espías entre los dos bloques-, conversó con Modrow durante más de una hora en el funcional edificio del Interhotel, y explicó después que el tema de la entrevista había sido "la importancia de que el esfuerzo de reforma siga adelante de manera pacífica y estable".

"Ésta es, más que nada, la señal política que queremos enviar al estar hoy presentes aquí", dijo Baker para dejar claro cuál era el sentido de su visita. "Queremos que el pueblo de la RDA sepa que apoyamos las reformas que están teniendo lugar en su país".

Modrow, que tras recibir a Baker en Potsdam tuvo que apresurarse para atender a una delegación de congresistas norteamericanos que visitaban Berlín Oriental, expresó su satisfacción por el encuentro. "El diálogo ha comenzado", dijo, "considero que este diálogo nos llevará a la cooperación". Fuentes de la delegación norteamericana indicaron que la actitud clara y constructiva de Modrow había impresionado a Baker, que, por su parte, prometió ayuda económica para la RDA. Estas mismas fuentes afirmaron que el tema de la reunificacíón alemana no había sido tratado "en absoluto".

Más información en página 57

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