Los campesinos achacan a la sequía la muerte de caballos en Asturias
La sequía que azota este invierno por segundo año consecutivo el norte español se ha cobrado ya algunas víctimas entre el ganado que pasta en los montes. En la sierra del Cuera, en el oriente de Asturias, siete, caballos han fallecido en los últimos días a causa previsiblemente de la ausencia de lluvias. Los campesinos atribuyen esta mortalidad a la falta de agua y a la consecuente carencia de pastos, aunque técnicos de la Consejería de Agricultura del Principado de Asturias creen que obedece fundamentalmente a procesos parasitarios.
Los mismos técnicos consideran que se trata de procesos normales, favorecidos por las temperaturas propias de la época y por la persistente sequía que azota las regiones cantábricas.La mortalidad del ganado a causa de los parásitos no es un fenómeno insólito en el invierno, informan técnicos de dicho departamento, agudizado en este caso, probablemente, por la debilidad de los animales a causa de la falta de pastos.
Algunos ganaderos de la zona un miembro del sindicato jovenes Agricultores, Ramón Riestra, han manifestado que estarían dispuestos a sacrificar las reses antes de dejarlas morir, en el caso de que la Administración regional no contribuya a paliar los efectos de la sequía.
El Gobierno regional aprobó en los últimos dos meses varias líneas de crédito para abaratar a los campesinos la compra del forraje con el que alimentar al ganado. La Consejería de Agricultura aseguró ayer que los servicios de este departamento mantienen, con asesoramiento veterinario, un seguimiento constante del problema tras la muerte de algunas cabezas de ganado.
La extrema sequía que padece Asturias ha modificado sustancialmente las características propias de un paisaje que debiera ser verde, con la única concesión de los ocres y tonos dorados característicos del bosque en otoño. Los meteorólogos recuerdan que esta atípica situación es similar a la producida en esta misma zona hace exactamente un siglo. El pasado mes de noviembre se estimaban en 14.000 millones de pesetas las pérdidas causadas por la sequía en la cornisa cantábrica, según evaluaciones de los sindicatos agrarios y de distintos organismos de las comunidades autónomas afectadas.
En lo que va de otoño, Asturias ha superado la insolación habitual para esta estación en 48,8 horas de sol por encima de la media, y ha registrado unas precipitaciones inferiores en 129,1 litros de agua por metro cuadrado respecto a las propias de la época.
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