La mayoría de los 24 casos de fiebres tifoideas detectados en Éibar son alumnos de dos 'ikastolas'

Los casos de fiebres tifoideas en Éibar (Guipúzcoa) han aumentado en las últimas horas hasta contabilizar un total de 24 enfermos, que corresponden, en su mayoría, a niños de dos de las ikastolas locales. Las autoridades sanitarias mantienen la prohibición de consumir agua de la red general y de las fuentes del municipio que no haya sido previamente hervida y depurada con unas gotas de lejía, en la sospecha de que el agua está siendo el medio de transmisión de esta enfermedad.

La inquietud se ha instalado en Éibar, este municipio guipuzcoano de 35.000 habitantes, mientras los técnicos tratan de establecer el origen y alcance de la esta infección. El recelo ante el envenamiento del agua mineral embotellada complica aún más la situación de desasosiego pero no ha evitado que las tiendas y supermercados agotaran rápidamente sus existencias nada más conocerse la prohibición del ayuntamiento.Cuatro niños v otros tantos adultos permanecían ayer hospitalizados en San Sebastián sometidos a tratamiento de antibióticos. Fiebre persistente, dolor de cabeza, malestar general, manchas rosadas en el cuerpo, tos y estreñimiento completan el cuadro característico de esta enfermedad, de resonancias funestas en la memoria colectiva, cuyo índice de mortalidad ha quedado reducido al 1%.

Rafael Cerdán, director de Salud de Guipúzcoa, no descarta que el número de casos de fiebres tifoideas aumente en los próximos días con la aparición de enfermos no declarados o tratados por médicos particulares, pero considera improbable la extensión de la enfermedad. "El periodo de incubación es de una a tres semanas y los primeros casos fueron detectados hace 10.días. Yo creo", comentaba ayer Rafael Cerdán, "que la situación se estabilizará pronto".

Los estudios realizados hasta ahora no permiten excluir la posibilidad teórica de que salmonella typhi, el microorganismo causante, haya sido transmitida a través de alimentos, si bien los análisis realizados en la ikastola Itzio, en la que comen los 14 escolares afectados, han resultado negativos.

El concejal de Sanidad del Ayuntamiento de Éibar, Javier Fernández, indicaba ayer que el asunto parece cada vez más complicado y que hay gente que se alarma ante el menor síntoma de desarreglo corporal. Javier Fernández no termina de entender que sólo hayan aparecido 11 casos en un colectivo de casi 300 escolares, ni que ninguna religiosa del convento, situado a 50 metros de la ikastola, haya contraído las fiebres tifoideas, pese a que ya se sabe que las infecciones no afectan por igual a todos los organismos.

Beber del manantial

El concejal eibarrés parece inclinarse, más bien, por la idea de que el origen puede ser una de las fuentes públicas del municipio. "Sabemos que al menos uno de los enfermos bebió agua de una fuente del manantial de Urkizu, cuyo consumo está expresamente desaconsejado por el ayuntamiento. En el pueblo hay gente que tiene a gala el beber de esa fuente y no que no hace caso a los análisis porque dicen que ésa ha sido siempre la mejor agua de Éibar. Incluso han borrado el cartel que prohibía beber del manantial", se lamenta el concejal.Patricia, de nueve años, una de las alumnas hospitalizadas de la ikastola Alfa, admitía ayer que ella y alguno de sus compañeros suelen beber en las fuentes del pueblo por la tarde camino de sus casas. En la misma habitacion de la residencia sanitaria de San Sebastián, Nahiara, de seis años, negaba sin embargo, que ella hubiera bebido de las fuentes.

A juicio del director de Salud de la provincia, la explicación puede llegar este fin de semana cuando se conozcan los análisis ylas encuestas epídemiológicas. Algunos técnicos creen que el brote de tifus tiene que ver con alguna conducción de agua deteriorada. Pero en cualquier caso, la causa última no es otra que la sequía. La presa de Aixola que abastece a Élbar está al 20% de su capacidad y el agua fluye de los grifos con un color turbio, sospechoso.