De aquí tambíén se huye

Acabo de recibir una postal desde Hof (RFA). Sólo tres palabras figuran en ella, tres simples palabras que lo dicen todo: "Ich hab's geschafft" ("Lo conseguí"); seguido, un nombre, el de alguien que conocí en la RDA. Interiormente no pude por menos que alegrarme por él y desearle la bienvenida, y con ella, suerte, mucha suerte...Ya podrá comprarse en la libr ería de la esquina la última novela de Günter Grass que le queda por leer; pronto podrá deleitarse con el lívido sonido de un CD, y más tarde podrá viajar, visitar la mítica París y, por qué no, EE UU. Uno a uno irá deshaciéndose de sus mitos, poco a poco dejará de enfrentarse a un sueño para hacerlo con una nueva realidad...

Tal vez algún día se pregunte si está programado para ella, tal vez algún día empiece a sentir el vértigo de la vidaen Occidente y tal vez algún día sonría con complicidad al leer la respuesta que Lech Walesa le dio a un periodista occidental cuando éste le preguntó por su impresión sobre la vida. en Occidente: "No sabéis dónde vais".

Tal vez algún día se le despierte ede nuevo el sentimiento de la huida, porque de aquí también se huye. Pero esta vez, ¿hacia dónde? Muchos de los que em prendieron el camino consiguieron coger el tren. Otros lo perdieron. Unos pocos, muy pocos, desistieron en el último momento; les faltó el coraje de los aventureros o tal vez les venció el temor de romper, la leve transparencia de un sueño. Ellos al menos se guírán teniendo dónde soñar escapar.- F. J. Narganes-Quijano.