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TRAS LA 'PRIMAVERA DE PEKÍN'

China declara la guerra a los 'males de Occidente'

Dura campaña contra la pornografía, el SIDA y la prostitución

Hoy en día, cuatro meses después del aplastamiento de la rebelión estudiantil, cualquier argumento es válido en China para que sus autoridades emprendan campañas destinadas a reeducar a la sociedad. El liberalismo burgués, la pornografía, la droga o el llamado síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) son elementos de una "guerra de corrosión" que han desencadenado las fuerzas "contrarrevolucionarias" con apoyo occidental para destruir el socialismo chino, dicen las autoridades. Pero todas estas campañas, cuyo éxito futuro, por otra parte, es cuestionable, están llenas de contradicciones en los mismos que han decidido llevarlas adelante.

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El Gobierno repite que los sucesos de la pasada primavera no van a alterar la vía de reforma y de apertura económica al exterior iniciada hace 10 años. Sin embargo, son cada vez más evidentes los pasos que se dan para restringir la autonomía de que hasta ahora disponían las regiones meridionales más desarrolladas y reforzar el poder político y económico del partido comunista.Un periódico local identificó días atrás el capitalismo con el SIDA: "La enfermedad destruye la capacidad humana para distinguir, recordar y comparar. Para los ojos del paciente, todo lo que venga del capitalismo es bueno ( ... ), los productos extranjeros son buenos, la piel blanca es mejor que la amarilla, el individualismo que ignora el interés nacional es libertad y derechos humanos", afirmó el diario Economic Daily. Este juicio no se refleja ni en el comportamiento de la población, a la que sigue fascinando cualquier cosa que venga de fuera -ropa, literatura, música, etcétera-, ni en los propios gobernantes, algo más atentos en cuidar las formas atenuando sus vicios occidentales, que continúan permitiendo la proyección de relamidos y decadentes filmes como Love story o espantosos bodrios norteamericano s en la pequeña pantalla.

Tampoco parece suficientemente claro que el rélgimen lleve hasta el fondo esa especie de ejercicios espirituales ignacianos que han empezado a impartirse en la Universidad, en la Administración pública o en la fábrica, en los que se reevalúa con autocrítica el origen de los sucesos pasados. Muchos universitarios y funcionarios -una investigación oficial ha cifrado en 10.000 el número de empleados públicos y miembros del partido que tomaron parte en las manifestaciones prodemocracia de la pasada primavera- han obedecido y han realizado una autocrítica por escrito sin creer para nada en lo confesado. Ello no quiere decir que el Gobierno haya bajado la guardia. En la Universidad ha habido depuraciones de profesores, se ha restringido la salida de estudiantes al extranjero y se hace la, vida más difícil para algunos, como, por ejemplo, los alumnos de primer año de la universidad de Pekín, que pasarán el curso metidos en una academia militar. Y tanto en la Administración como en el partido se anuncia la realización de purgas.

La pornografía fue vinculada muy pronto con la "rebelión contrarrevolucionaria". Las autoridades iniciaron el pasado verano una campaña en tal sentido cuyo alcance es difícil de calibrar. Han desaparecido revistas de desnudos blandos y novelas eróticas que se vendían en algunas tiendas, pero sigue abundando la prostitución, pese a las severas advertencias gubernativas. En las discotecas de los hoteles para extranjeros, repletas de chinos elegantes y occidentales bailando música norteamericana, pululan atractivas mujeres.Trabajos forzados

Un diario en lengua china de Hong Kong escribió la semana pasada que el actual jefe de propaganda del comité ejecutivo del partido, Li Ruihuan, anunció en una reunión con representantes de varias provincias que todas las personas relacionadas con la prostitución serán castigadas a realizar trabajos forzados. Que se aplique o no tal medida no se sabe del todo. Un europeo que reside en uno de esos hoteles asegura que una mujer china fue conderiada recientemente a siete días de prisión por acostarse con un extranjero, y este, a su vez, tuvo que pagar una multa de 500 dólares. El diario en lengua inglesa China Daily relató hace tres seinanas el caso de una joven que "vendió su cuerpo en la residencia de un diplomático extranjero envenenada por un vídeo pornogáfico". La muchacha trabajaba como camarera en un hotel internacional de Pekín, y su conducta era ejemplar hasta el día que vio una película pomo, lo que le llevó a dejar a su novio y a venderse a extranjeros, dañando su reputación y la del propio país, escribió el periódico, que denunció el hecho como parte de las "nefastas influencias occidentales".

Un enfermo

Ligada a esta campaña contra la pornografía y al peligro de la invasión de las costumbres occidentales está la reciente preocupación oficial de que el SIDA pueda propagarse en China. Las autoridades han revelado por primera vez la existencia de un enfermo chino de SIDA, un homosexual que trabajaba en una droguería y que, según el Diario del Pueblo, contrajo la enfermedad después de mantener relaciones sexuales con extranjeros. El Gobierno chino ha considerado siempre el SIDA como una epidemia occidental consecuencia de las "decadentes" costumbres sexuales que se viven en Occidente. Las autoridades sanitarias de Pekín tienen previsto efectuar controles médicos a partir de ahora a todos los ciudadanos chinos que tengan cualquier tipo de relación con residentes extranjeros, anunció el pasado día 1 en un despacho la agencia oficial de noticias Nueva China. Desde hace tres años, todos los extranjeros, a excepción del cuerpo diplomático, que llegan a China para vivir de forma permanente son sometidos a un examen de SIDA. Ahora esa medida se extenderá también a los chinos que viajen al exterior o regresen al país después de más de tres meses de ausencia. Hasta la fecha, según las informaciones oficiales, han sido descubiertos 14 casos de SIDA en Pekín , pero sólo uno de ellos es de nacionalidad china. Una investigación realizada a principios de año con 110.000 personas con alto riesgo de contraer el virus mortal identificó 26 casos de portadores de SIDA, la mayoría de ellos debidos a transfusiones sanguíneas.

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