_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un magisterio perdido

Miguel Narros comenzó a coger escuela dramática en el teatro María Guerrero de Luis Escobar. No tardó mucho en adquirir personalidad propia como escenógrafo y figurinista excepcional y, después, como creador con otros de jóvenes teatros que luchaban, y a veces sucum ian, en años de luchas dificiles. Hace ya mucho tiempo que Narros llegó a la cumbre de su profesión de director de escena, junto a algunos otros que casi se pueden contar con los dedos de las manos, que han dado dignidad y calidad a ese trabajo al que llegan tantos advenedizos que están ayudando a destruir el teatro.Sus campañas como d*rector del teatro Español han sido de gran brillantez; ha sabido conjugar el público de García Lorca con el de Benavente, el de O'Neill con los españoles del Siglo de Oro. Ha tenido intuiciones extraordinarias, y los errores que se le han señalado o las críticas que se le hayan podido hacer siempre han tenido en cuenta el principio de que ha partido de riesgos para buscar siempre los máximos artísticos.

Más información
Miguel Narros piensa que el mecenazgo del poder convierte a los artistas en bufones

La despedida por etapas que le ha preparado la alcaldía de Madrid es injusta, además de sinuosa. 0, por lo menos, no esgrime razones válidas. Las artísticas son imposibles, y no cabe duda de que acreditan la incultura de quienes la han producido o aprobado. No abonan más sospecha que la de la introducción de la política pequeña en un terreno que le debía estar vedado. Cuando se nombre a su sucesor se sabrá por dónde va la orientación, o en qué bazas reales se apoya. Pero se puede tener la inquietud de que el Español nuble su escenario.

No se sabe, tampoco, dónde podrá seguir Narros ejerciendo su oficio con el magisterio que tiene. Los puestos en los teatros públicos son contados. Ha dicho él que se inclinaría por el teatro privado: pero está en vías de extinción, y los pocos que aún lo defienden tienen que hacerlo con la avaricia de quien tiene que contar cada céntimo invertido en decorado o reparto, y vigilar la taquilla, con lo que niegan el paso frecuentemente al verdadero arte escénico.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_