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Miguel Narros piensa que el mecenazgo del poder convierte a los artistas en bufones

El, concejal Álvarez de Toledo afirma, que el director ha manejado a escondidas un presupuesto paralelo

El director teatral Miguel Narros, de 61 años, dijo ayer, refiriéndose a la rescisión de su contrato como director del teatro Español de Madrid: "Cuando el poder se erige en mecenas, los creadores volvemos a ser bufones". Joaquín Álvarez de Toledo, concejal de Cultura del Ayuntamiento, ha acusado a Narros de revertir sobre el teatro y no sobre las arcas municipales los ingresos de taquilla. La oposición del Gobierno municipal se ha pronunciado en contra de los métodos empleados en el cese de Narros, al igual que colectivos como la Unión de Actores, que ha pedido al Ayuntamiento "mayor seriedad y rigor".

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Luis Larroque, portavoz adjunto del grupo municipal socialista, se manifestaba ayer en términos similares a los empleados, un día antes, por Francisco Herrera, portavoz de Izquierda Unida, también en el Ayuntamiento: "Es una destitución injusta. No hay razones profesionales ni culturales. Sólo se puede entonces presumir un intento de manipulación o de manejo de los ámbitos culturales", a lo que añadió: "Asusta pensar que el alcalde lleve estos criterios al Consorcio de la Capitalidad Cultural de Europa". A estos comentarios, Joaquín Álvarez de Toledo contestó ayer a este periódico: "Son acusaciones que tengo que rechazar; primero porque no hay cese, sino que no se le renueva el contrato, y segundo, porque el comunicado fue conjunto entre Narros y yo", a lo que añadió: "Pero hay otra razón principal, y es que si Narros es muy bueno como director artístico, no lo es tanto como gestor". Alvarez de Toledo se refería a que en una auditoría solicitada por él -Narros también declaró hace- días que quería que se efectuase una auditoría- se ha visto que Narros gestionaba lo que en opirtión del concejal es un presupuesto paralelo, al margen del designado. "Se ha gastado el dinero de las taquillas", afirmó el concejal, "que son 100 millones de pesetas y que deberían haber ido a parar a las arcas municipales, ya que ningún director puede gestionar estos ingresos".

En este sentido, Narros dijo ayer: "A mí me han dicho que me vaya. Yo no manejo ningún presupuesto ya que hay un gerente puesto por la Concejalía de Cultura, y sólo él tiene firma para hacer y deshacer, pues yo no tengo personalidad jurídica para firmar nada". Y añadió: "El equipo de dirección se limitó a presupuestarmontajes y otras actividades, y esto encaja siempre dentro de la asignación que el teatro Español tiene". Según Narros, "el dinero de las taquillas, si en algún momento se ha hecho uso de él, ha sido previa autorización de los responsables de la concejalía de Cultura municipal, tanto por el director de servicios como por el concejal y el gerente. Y si en algún momento se ha utilizado el taquillaje ha sido porque compañías invitadas tenían que cobrar su caché a porcentaje de taquilla. Pero son decisiones que toma el Ayuntamiento, no yo".

Por casualidad

Miguel Narros llegó a esto del teatro como por casualidad, pasando antes por la interpretación cinematográfica. De hecho, ningún miembro de su familia, todos pequeños comerciantes, se había dedicado jamás a la farándula. "Me acerqué al cine a través de mi faceta de hombre de tertulias del café Gijón", comenta Narros. "Gente como Juan Antonio Ba.rdem, Manuel Torres o Margarita Lozano me introdujeron, y al poco tiempo el veneno del teatro me picó". De su faceta de actor guarda -como los grandes intérpretes- una tierna y sorprendente timidez y un importante atractivo fuera de los cánones de belleza al uso. La mordedura del teatro debió de ser brutal, ya que Narros .se pasa la década de los años cuarenta en el teatro María Guerrero; la de los cincuenta y sesenta estudiando así Como creando y deshaciendo compañías, montando y remontando a todos los autores -de prestigio- habidos y por haber, particípando en festivales y dándose a, conocer dentro y fuera de nuestras fronteras. Cerca de los setenta le nombran por primera vez director del teatro Español, y años más tarde funda uno de los proyectos más sólidos del teatro independiente español: el Teatro Estable Castellano. En 1981 funda el Teatro del Arte, y en 1984 es nombrado, de nuevo, director del teatro Español. Esta andadura la realiza salpicada de todos los premios de teatro imaginables.

Como balance al frente del Español, Narros comenta: "Una de las cosas importantes es que ha habido una gestión de puertas abiertas en donde hemos tenido, junto a grandes y consolidados profesionales, a toda una serie de jóvenes que son nuestro futuro". Habla de casos concretos como José Pedro Carrión, Carlos Hipolit, Aitana Sánchez Gijón, Elio Pedregal.

Son varios los creadores que, como Miguel Narros, han pasado la doble experiencia de, por un lado, luchar durante años por sacar adelaríte un teatro basado en el rigor y, por otro lado, posteriormente, trabajar con el respaldo estatal. Muchos llegan a la conclusión de que a veces la creatividad se ve mermada porque la imaginación no tiene que suplir la falta de medios materiales. En este sentido, Narros piensa que el creador también se puede perder si tiene muchos medios, aunque considera que la censura económica es muy triste y muy frustrante. También piensa que cuando el poder se convierte en mecenas, ellos, los creadores, se convierten en nuevos bufones.

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