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La derecha griega se queda a tres escaños de la mayoría absoluta

LUIS MATIAS LÓPEZ ENVIADO ESPECIALTres escaños separaban la pasada madrugada al líder conservador, Constantino Mitsotakis, de hacer realidad su sueño de convertirse en el primer ministro griego. Con más del 93% de los votos escrutados, la derecha de Nueva Democracia, con el 46,99%, obtenía 148 diputados del total de 300 del Parlamento de Atenas. Hace menos de cinco meses, Mitsotakis rozó ya el cielo con las manos, pero se quedó, con el 44,3%, a seis escaños de la mayoría absoluta.

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A la 1.30 de hoy (una hora menos en España peninsular), Mitsotakis aceptaba estos resultados, se declaraba ganador, condenaba la ley electoral que le arrebata la mayoría, se negaba a hablar de eventuales coaliciones o nuevos comicios y anunciaba que presentará un Gobierno formado por miembros de su partido al Parlamento. En la Cámara, dijo, cada cual "deberá asumir su responsabilidad".Como siete días antes en España, la mayoría absoluta estuvo pendiendo durante horas de un hilo, en una larga noche no apta para cardiacos y en la que se producían diversas alternativas que condicionaban la composición que ha de tener el próximo Gobierno griego. Sin embargo, antes de las dos de la madrugada se abría paso la evidencia de que Nueva Democracia no conseguiría su objetivo de formar Gobierno en solitario.

El vencedor moral de los comicios ha sido Andreas Papandreu, junto a los ecologistas, que, por vez primera, situarán a uno de los suyos en el Parlamento. El ex primer ministro socialista, pese a la catharsis efectuada en los últimos meses por la coalición de Gobierno de la derecha y los comunistas, se situaba más de un punto y medio por encima de sus resultados del pasado mes de junio (40,78% frente al 39,1 %), con una ganancia de tres escaños: de 125 a 128, uno más si se cuenta a un aliado que se presentaba como independiente.

El Parlamento, con la aquiescencia de los dos extremos del espectro político, envió a Papandreu y a cuatro de los que fueron sus ministros ante los jueces para que respondan por sus supuestas responsabilidades en diversos escándalos ocurridos durante la Administración socialista. Pero los votantes, al menos 4 de cada 10, le han absuelto. No sólo eso, sino que han castigado a los comunistas, en una reacción que se atribuye a su alianza antinatura con el enemigo de siempre, es decir, la derecha.

Los comunistas han perdido seis diputados (se quedan con 22) y dos puntos y medio porcentuales (alcanzan un 10,6%) respecto a las elecciones del pasado mes de junio. Este resultado pone en cuestión su capacidad de árbitro en las negociaciones para formar una mayoría de Gobierno que, sin duda, se pondrán en marcha hoy mismo.

El PASOK conserva, además, un poder de veto que puede forzar a los griegos a acudir nuevamente a las urnas por tercera vez en un año.

El próximo marzo, el Parlamento debe elegir un nuevo presidente de la República, en sustitución de Cristos Sartzetakis. Ciento ochenta votos (de un total de 300) son necesarios en la tercera votación. De no obtenerse, la Cámara debe disolverse y se han de convocar nuevos comicios.

Mitsotakis se atribuye la paz electoral en Grecia

Los principales dirigentes griegos hicieron ayer, al depositar su voto, la habitual profesión de fe en sus posibilidades. Constantino Mitsotakis, de 71 años, viajó hasta su Creta natal y depositó su papeleta cerca de Chania, junto a su esposa, Marika, y tres de sus cuatro hijos: Kiriakos, Alexandra y Margarita. La otra, Dora, lo hizo en Avritanía, por cuyo único escaño luchaba.El líder conservador se atribuyó como un logro de su partido y del Gobierno de catharsis el clima de tranquilidad con que se ha llegado a los comicios, pese al asesinato de su yerno, Paulos Bakoyanis, y la bomba que estalló en Mitilene (en la isla de Lesbos) poco antes de uno de sus mítines. "Estoy seguro de que los griegos darán a Nueva Democracia la mayoría absoluta", dijo.

Su máximo rival, Andreas Papandreu, de 70 años, votó en Atenas, junto a su esposa, la ex azafata Dimitra Liani, que lucía para la ocasión un jersei negro de cuello alto y una falda del mismo color con rayas marrones, unos zapatos sin tacón (no necesita realzar sus 182 centímetros) y un elegante bolso de Loewe. El líder del PASOK, pensando quizá en el tribunal especial que habrá de juzgarle pronto por corrupción, afirmó que los griegos hacían ayer de jueces y que estaba seguro de que le darían la victoria.

Los comunistas, árbitros

Los dos máximos dirigentes de la Coalición de Fuerzas de Izquierda y de Progreso (CFIP, que controlan los comunistas) votaron también en la capital, convencidos de que, de no obtener Nueva Democracia la mayoría absoluta, se convertirían en los árbitros de la situación. "Habrá que estudiar los posos del café y consultar a los astrólogos", comentaba con humor Leónidas Kirkos (líder de Izquierda Griega). "Estamos abiertos a pactos, pero todo dependerá de los programas", decidía por su parte Harilaos Florakis (cabeza del Partido Comunista del Exterior).

Una posición que coincidía con la expresada por otro dirigente de- la CFIP, el independiente de izquierdas Nikos Constantopulos, ministro del Interior en el Gobierno de cooperación con la. derecha y abogado del palestino Ahmed Rashid, cuya extradición por terrorismo reclama Estados Unidos. Todos ellos estim.aban, antes de los comicios, que sólo sería factible una alianza con el PASOK si Papandreu abandonase la dirección. El rapapolvo en las urnas redujo, sin embargo, sus expectativas

Ante el panorama que espera al futuro Gobierno no es fácil comprender por qué se disputa éste con tanto empeño. Grecia tiene la inflación más alta de toda la Comunidad Europea (14%), un gigantesco déficit presupuestario (unos 12.000 millones de dólares, el 22% del producto interior bruto), una deuda que para ser pagada exigiría que todos los griegos trabajasen gratis durante un año, y una economía subterránea floreciente que supera el 35% del producto interior bruto. Tal vez por este último dato los ciudadanos, pese a las alarmantes cifras macroeconómicas, salen adelante sin excesivos apuros. Porque algo es cierto: que en Grecia no hay pobres.

Sin embargo, el reto de la Europa del mercado único, la exigencia del aumento de la competitividad y de la modernización de las estructuras de producción sitúa al país mediterráneo ante un reto que sólo parece posible que se supere recortando el incompleto Estado del bienestar precariamente levantado durante los ocho años de Administración socialista.

En el terreno exterior la renovación del acuerdo sobre las bases norteamericanas (cuatro grandes instalaciones y otras 20 menos importantes) es la cuestión que exige solución más inmediata, ya que hace casi un año que caducó el anterior, y su letra precisaba que las bases se cerrarían en mayo de 1990 si no se firmaba antes un nuevo tratado.

Bases norteamericanas

Ni siquiera la retórica nacionalista de Papandreu escondía que está dispuesto a permitir que tres de las cuatro grandes bases sigan en Grecia. En cuanto a la cuarta, Helenikon, cerca de Atenas, los socialistas (que decían que cualquier compromiso se sometería a referéndum antes de su firma), aseguraban que la cerrarían, y los conservadores, que se conforman con que se traslade a otro lugar del país. Los comunistas, abiertamente en contra de la presencia militar norteamericana, estarían, según todos los indicios, dispuestos -a pasar por el aro. La amenaza de Turquía, el vecino- aliado-enemigo, hace que la mayoría de los griegos considere suicida que su defensa renuncie a la cooperación militar con EE UU.

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