El escultor Martin Puryear, premio al mejor artista en la Bienal de Sâo Paulo
Los británicos Richard Hamilton y David Hockney, y los norteamericanos Frank Stella y Martin Puryear, este último como primer escultor negro representando a Estados Unidos en una exposición internacional de importancia, son algunos de los 156 artistas de 42 países presentes en la XX Bienal Internacional de Sâo Paulo, inaugurada el día 14. La bella instalación de nueve esculturas abstractas de Puryear le ha valido el gran premio de la bienal al mejor artista, concedido por un jurado internacional. Los escultores Manuel Saiz y Fernando Sinaga representan a España en la exposición general.
La delegación de Francia obtuvo otro de los premios honoríficos concedidos por el jurado, el tercero de los cuales se otorgará al final de la muestra, que concluye el 10 de diciembre.La bienal, el acontecimiento artístico más importante de los celebrados en Brasil, avanza durante estas semanas a la búsqueda de un impacto artístico irradiado desde un país en el que la clase intelectual mira con espanto e indignación la miseria creciente y, lo que parece más grave, la distancia que se amplía con respecto a los países europeos.
El hecho de que la organización haya dividido la responsabilidad de invitar a los artistas en tres personas diferentes ha proporcionado, cuando menos, una buena presencia internacional. Así, el público puede ver en el Parque del Ibirapuera, en Sâo Paulo, obras del británico Richard Hamilton. El artista cuenta con una sala especial en la que se exhibe una retrospectiva de sus trabajos hasta el año 1952.
Han suscitado gran interés los trabajos recientes del norteamericano Frank Stella, dedicado últimamente a esculpir ballenas y a defender la causa ecológica de estos mamíferos. Del ya fallecido artista francés Yves Klein se ofrece una muestra de 28 obras.
David Hockney es otro de los participantes. Ya sorprendió hace años con dibujos de temática homosexual, y en esta ocasión comparece con inocentes flores sobre cintas metálicas, de 1,80 metros por 0,84 metros.
Del artista alemán ya fallecido Joseph Beuys se incluye una muestra de toda su obra expuesta en la Documenta de Kassel de 1987. Otro alemán, Ulrich Ruckrien, presenta sólo una escultura. Quien puede levantar aristas en esta ocasión es el francés Alain Jacquet, que ha enviado a Brasil inmensas pantallas con pinturas bastante explícitas sobre el acto sexual.
Los españoles Manuel Saiz (Logroño, 1961), y Fernando Sinaga (Zaragoza, 1951), acuden a esta convocatoria por parte española. La organización ha corrido a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, con la colaboración del Ministerio de Cultura. El comisario es Miguel Fernández-Cid. Saiz presenta obras diversas: La cama de Ulises, Naturaleza soportada, Panóptico y Noche y día, mientras que Sinaga firma obras definidas por dos planos, las paredes y el suelo, en un juego que recurre a materiales fríos, como el aluminio o el cristal.
La Bienal de Sâo Paulo, que fue un evento de repercusión internacional en las décadas del cincuenta y sesenta, perdió mucho de su impacto en los setenta, durante el gobierno militar. En los ochenta, la bienal parece haber recuperado buena parte de su prestigio y, sobre todo, ha superado las dificultades económicas, en gran medida gracias a su organizador, el publicitario Alex Pericinoto.
Financiación
Hábil y diplomático, Pericinoto consiguió de las grandes multinacionales financiación, y también obtuvo de bancos brasileños ayudas económicas que el Gobierno incentivó con desgravaciones fiscales. El resultado es que la bienal, que necesitaba 1,8 millones de dólares (unos 216 millones de pesetas), cuenta con un presupuesto de más de 2,3 (unos 276 millones de pesetas).Al mismo tiempo que se celebra la muestra clásica de obras de arte, la bienal promueve espectáculos de teatro y cine y ha iniciado una nueva experiencia, la de exponer obras en diferentes puntos de la gigantesca ciudad.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.