Incertidumbre en la víspera del Nobel de Literatura

Hay sólo dos informaciones prácticamente seguras acerca de la concesión del Premio Nobel de Literatura de 1989, según los observadores: que será anunciado el próximo jueves, y que no serán premiados los escritores Salman Rushdie o Graham Greene.El ganador podría encontrarse entre uno de esos nombres que año tras año reaparecen en las especulaciones previas al fallo, y que incluyen al poeta mexicano Octavio Paz o al escritor, también mexicano, Carlos Fuentes; a otros novelistas como la surafricana Nadine Gordimer; el británico nacido en Trinidad V. S. Naipaul y el checoslovaco Milan Kundera, o al dramaturgo suizo Max Frisch. [Camilo José Cela es el único escritor español que suele citarse, y se afirma que en 1987 llegó a las últimas discusiones].

[Además de la citada Nadine Gordimer, hay otras cinco mujeres con posibilidades de obtener el premio como son la británica Doris Lessing, la francesa Marguerite Duras, la estadounidense Joyce Carol Oates, la alemana oriental Christa Wolf y la española Ana María Matute, informa la agencia Efe.]

Las listas oficiales de candidatos no son nunca reveladas en un premio que este año tiene una dotación económica de unos 54 millones de pesetas. Los editores suecos han asegurado desconocer cualquier tipo de filtraciones.

Lars-Olof Franzen, responsable de la sección cultural del diario Dagens Nyheter, sugirió en un artículo publicado la semana pasada que la Academia debería premiar a Rushdie -amenazado de muerte por Irán, acusado de blasfemar en su libro Los versos satánicos-, con el fin de difuminar una crisis interna. Tres miembros de los 18 que componen la Academia mostraron su deseo de dimitir debido a su imposibilidad de condenar dicha amenaza. La institución rechazó su intento de irse diciendo que sus miembros son de por vida.

Los observadores dicen que el líder de las letras británicas, el escritor Graham Greene, queda fuera de la carrera del Nobel porque algunos de los académicos consideran ligeros sus trabajos y desconfían de su popularidad, a lo que se añade la influencia negativa de Artur Lundkvist, conocido por haber bloqueado su candidatura durante dos décadas.