Un vertedero puro y duro

En EL PAÍS del 9 de septiembre de 1989 aparece un artículo del corresponsal en Pamplona Mikel Muez, sobre el intento de instalación de un enorme vertedero de basuras en un valle ecológicamente virgen.El artículo comienza describiendo bien la polémica surgida en torno a ese tema. Pero, luego, no refleja la realidad en su aspecto negativo. Da a entender que la mancomunidad de la comarca de Pamplona ha escogido un sistema moderno y exquisito (un sistema de reciclaje) para el tratamiento de basuras y ha usado un método democrático para ello.

Sin embargo, nada está más lejos de la verdad. Hay que puntualizar:

1. Que se trata de un enorme vertedero con un apéndice de reciclaje. En efecto, el proyecto ocuparía 800.000 metros cuadrados de superficie, recibiría 107.000 toneladas anuales (72.000, de basuras domésticas; 23.000, de basuras industriales; 11.000, de los Iodos de la depuradora de aguas de la comarca; equis, de basuras clínicas y los animales muertos... En realidad, las cifras serían bastante más elevadas, ya que el cálculo oficiales interesadamente bajo) y se reciclaría el 12% en la fase inicial (y algo más en la fase permanente).

Hay que llamar a las cosas por su nombre. Aquí se trata lisa y llanamente de un vertedero, ligeramente maquillado de reciclaje.

2. Que a este proyecto de vertedero se oponen ya 15 grupos ecologistas de toda España, entre ellos Adena, FAT y CODA, porque destruiría un valle de alto valor ecológico, tanto en su dimensión naturalística (paisaje, flora, fauna ... ) como en su dimensión sociocultural. La historia de este valle es larga y rica en monumentos artísticos, en instituciones de convivencia, en expresiones etnológicas. Incluso está vinculado al Camino de Santiago.

3. Que la oposición al vertedero es razonada. El valle de Aranguren no se ha limitado a criticar el desatinado proyecto de la mancomunidad, sino que ha ofrecido alternativas de reciclaje y de incineración: alternativas modernas, respetuosas para la ecología y la convivencia, tal y como se van poniendo en práctica en los países desarrollados de Europa.

4. Que al valle de Aranguren le apoyan muy mayoritariamente los ayuntamientos y concejos de la comarca de Pampiona, así como 35.000 ciudadanos con su firma. Por lo que el vertedero resulta muy impopular.

5. Que la mancomunidad y el Gobierno de Navarra están actuando muy antidemocráticamente. Todavía no han recibido al Ayuntamiento ni a la comisión antivertedero. Por otra parte, con notas falsas y tendenciosas, intentan confundir a la opinión pública.

Lo que hay que hacer es dar el brazo a torcer y buscar una solución actual a tono con los tiempos. Empecinarse en una decisión tomada errónea y antidemocráticamente no es de sabios. No es ético anteponer la imagen al bien común-