El general Noriega intenta recomponer su poder
ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, El general Manuel Antonio Noriega regresó ayer a su despacho en el cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Panamá, mientras los obreros reparaban los boquetes abiertos por el intenso tiroteo sostenido durante el frustrado intenta de golpe del martes. Noriega trata ahora de recomponer su poder, debilitado por un movimiento rebelde que fracasó por culpa de la pasividad en el último momento de Estados Unidos, según el análisis de medios diplomáticos.
Los oficiales sublevados contra Noriega buscaban, de acuerdo con las fuentes citadas, crear una situación de incertidumbre y vacío de poder que provocase la intervención militar de las tropas norteamericanas, desplegadas en estado de máxima alerta a pocos metros del escenario de los enfrentamientos entre los miembros del Ejército panameño. "Al menor gesto por parte de los norteamericanos, ninguna unidad de las Fuerzas de Defensa, ni siquiera el Batallón 2000, hubiera opuesto resistencia", opina urdestacado observador. El Batallón 2000, una unidad de elite, fue el encargado de sofocar la intentona.La Prensa oficialista panameña insistía ayer, no obstante, en que los oficiales amotinados habían planificado su compló en coordinación con el Comando Sur. Los medios oficiales afirman que helicópteros y aviones de combate norteamericanos sobrevolaron el martes la zona del cuartel general de las Fuerzas de Defensa con intención de intervenir a favor de los sublevados, cosa que finalmente no hicieron. Asimismo, el Gobierno panameño ha informado que tropas del Comando Sur cortaron el tránsito durante las siete horas del golpe en las principales carreteras de acceso a la, ciudad de Panamá con el fin de impedir la llegada de unidades fieles al general Noriega.Promesa de apoyo
Hace apenas dos meses, el general Mark Cisneros, jefe del Estado Mayor del Comando Sur, había asegurado que las fuerzas norteamericanas respaldarían a cualquier sector de las Fuerzas de Defensa que se levantara contra Noriega y por el establecimiento de un sistema democrático.
El golpe dirigido por el comandante M'oisés Giroldi, jefe del destacado Batallón Urracá, no resultó, sin embargo, del pleno gusto de los norteamericanos, que le dierort tiempo a Noriegapara recomponer sus fuerzas y hacerse con el control de la situación. La proclama de los insubordinados, en la que éstos mencionaban su respeto al legado de Omar Torrijos y resaltaban su nacionalismo, suscitó, según opiniones de fuentes diplomáticas, recelos por parte de Estados Unidos.De acuerdo con estas mismas fuentes, las principales divergencias entre los golpistas y los oficiales norteamericanos aparecieron en relación con el destino de Noriega, ya que Estados Unidos exigía que le fuese entregado, mientras que los militares panameños sólo pretendían su jubilación. Los últimos datos sobre los sucesos del martes indican que Noriega estaba dentro del cuartel general cuando estalló el golpe y que, al parecer, los sublevados tuvieron incluso la oportunidad de acabar con su vida antes de que el general panameño se atrincherase junto a un grupo de leales.Otro dato que pudo haber provocado sospechas por parte de Estados Unidos fue la ausencia del coronel Guillermo Worig, jefe del servicio secreto, de la lista de oficiales a los que los rebeldes exigían la jubilación. Worig tiene fama de mantener una actitud distante de Noriega, pero, al mismo tiempo, nacionalista y enfrentada a Estados Unidos.[Un comunicado oficial de las Fuerzas de Defensa anuncióanoche que Worig, así como otros dos miembros del Estado Mayor -el coronel Julio Young y el teniente coronel Armando Palacios- formaban parte del compló y han sido detenidos, informa France Presse.]
A estos recelos norteamericanos se sumaron, en las horas claves en las que el golpe estaba por decidirse, las dudas de la propia oposición panameña, que rechazó el propósito de los militares sublevados de mantener el Gobiemo provisional del presidente, Francisco Rodríguez, hasta la convocatoria de nuevas elecciones.
Todo ello alargó el desenlacedel golpe y le condujo finalmente al fracaso. Durante varias horas Noriega no recibió apoyos explícitos, ni siquiera del propio Rodríguez, cuyo telegrama desde Nueva York de apoyo al general se retrasó hasta el momento en que el final de la crisis estaba ya claro.Militares muertos
[Las Fuerzas de Defensa anunciaron que 10 militares murieron durante la refriega, entre ellos el jefe de la intentona y comandante del Batallón Urracá, mayor Moisés Giroldi, y el capitán Edgardo S andoval, jefe de la compañía que reprimió el golpe, informa France Presse]. Dos de los participantes en el compló consiguieron refugiarse en la base militar norteamericana de Clayton.
Vigente todavía la orden del toque de queda entre las ocho de la noche y las cinco de la mañana, Panamá presentaba ayer una apariencia de normalidad. Los comercios estaban abiertos y el tráfico de vehículos fue intenso. Los recintos militares de la capital se encontraban, no obstante, rodeados por fuerzas en uniforme de combate.
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