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Antonio Saura: "Los coleccionistas en España están invirtiendo mal su dinero"

El pintor inaugura una gran retrospectiva en el Instituto Valenciano de Arte Moderno

Antonio Saura inaugura hoy en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) la que considera su primera gran retrospectiva oficial en España. Antonio Saura opina que vivimos un momento muy fértil para el arte, aunque también muy confuso. Para él, en España se sufre una indigestión cultural, y este empacho ha tenido ya algunas consecuencias. "Los coleccionistas en España no se dan cuenta de que están comprando cosas que en el mercado internacional no significan nada y en el fondo están invirtiendo mal su dinero", comenta el pintor.

La exposición, que se presenta ahora en el IVAM y se verá en el Centro Reina Sofía de Madrid a partir del 21 de diciembre, reúne 70 pinturas, y se presentó por primera vez en Ginebra, donde ha estado expuesta desde el pasado mes de junio El conservador Rainer Michel Mason ha organizado esta muestra en base a cuatro de los grandes temas presentes en la obra de Saura: las mujeres, la crucifixión, el perro de Goya y las multitudes."En realidad, es una exposición realizada por un conservador que se llama Rainer Mason", dice Saura. "Es su exposición, no la mía. Lo que pasa, por supuesto, es que yo estaba de acuerdo con su planteamiento. Pero para mí una exposición retrospectiva es aquella que tiene otras series y se remite y compensa las llamadas matrices. Desde el principio estaba yo un poco temeroso de que ese criterio de escoger sólo cuatro temas fuera peligroso, en el sentido de que pudiera pensarse que soy un pintor muy limitado. De todas maneras, yo le mostré mi confianza al conservador, porque es un gran profesional, y la exposición de Ginebra me gustó. Ese temor de que pudiera parecer una exposición repetitiva, ha quedado fuera", dice Saura.

Para Saura la pintura puede ser el proceso interminable de un artista que pinta toda la vida el mismo cuadro, y hace de cada uno de ellos algo distinto. La estructura del cuadro es para él la base del juego y la evolución de su trabajo, y no los temas elegidos. "Creo que un cuadro nunca se repite, a partir de la propia estructura. Yo podría estar toda la vida pintando el perro de Goya y cada uno sería diferente. Y estaría muy contento porque me parece la imagen más poderosa de la historia del arte. Pero estoy tentado por otras cosas, y también las hago".

El mal ejemplo de Picasso ha llevado al público a pedir que los pintores cambien constantemente. Saura no cree en los pintores camaleónicos.

Mitificación del artista

"Yo estoy seguro de que un pintor no puede hacer más que aquello que puede hacer. No se puede forzar el registro, y si se hace por la voluntad, o por la ambición, o por frivolidad, o por moda -que es lo más grave-, un pintor se traiciona a sí mismo y su obra desmerece siempre. No creo en el pintor camaleónico. Del mismo modo en que Picasso no me parece camaleónico, creo que el pintor que se adapta a las modas hace una obra dudosa y discutible"."Esa mitificación del artista en todo el mundo ha desencadenado una serie de fenómenos en la sociedad. En España, por ejemplo, hay una especulación excesiva, irreal, con el mercado internacional. Es decir, los coleccionistas en España no se dan cuenta de que están comprando cosas que en el mercado internacional no significan nada. Creen que invierten bien su dinero, como inversión, y en el fondo lo están invirtiendo mal. ¿Por qué en España se vende más que nada pintura española y no pintura extranjera? Creo que no es proteccionismo, es un ligero chovinismo..., más bien es incultura. El fenómeno actual de convertir al artista en una star me parece una posición lamentable. Y esta mezcla, cuando la vanguardia deja de ser motor poderoso para el estímulo creativo, cuando la vanguardia aparece como un término desprestigiado y sólo queda el maridaje de la moda con el comercio, es señal de que algo muy grave está pasando en todo el mundo".

"Es un problema de deformación, que en España coincide y se acentúa con la llegada de la democracia. Se crea un gran deseo cultural, un ansia que es maravillosa. Y vemos cómo el Gobierno se plantea toda una política de recuperación del pasado, de aquello que no tuvimos aquí durante 40 años, de repente nos viene todo encima. Y ves las colas de la gente ante las exposiciones y es conmovedor, pero escuchas los comentarios y te das cuenta de que esa gente no está preparada para percibir todo eso. En España hay ahora una gran indigestión cultural, que dura ya 10 años, en la cual todo queda en el terreno de lo superficial".

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