Toda la verdad sobre los masones
Hoy se inaugura en Alicante la primera exposición sobre la masonería y su influencia en España
Los masones españoles no llegaron a organizarse de una manera regular en logias hasta el siglo XIX, en la España obediente al rey José I, hermano de Napoleón, según se pone de manifiesto en la exposición La masonería española: 1728-1939, que se muestra en Alicante desde hoy. Ésta es la primera ocasión en que se ofrece una muestra de estas características, y en ella, según sus organizadores, se da cuenta de la posibilidad real de explicar qué eran los masones y "de deshacer equívocos sobre su ideología y actividades".
"La masonería es una asociación con grandes ideales, cuya trascendencia, sin embargo, no es tan importante como se ha dicho", afirma el profesor Emilio la Parra, director del Instituto de Cultura Juan Gil Albert, organizador de la muestra junto a la Consejería de Cultura de la Generalitat Valencia y la Caja de Ahorros Provincial de Alicante. "Sí desarrolló, en cambio, una interesante labor de difusión del racionalismo, de ciertas actitudes éticas, así como de la tolerancia y la apertura de nuestro país al exterior".La exposición, que permanecerá en Alicante hasta el 30 de octubre próximo, se consolida tras año y medio de trabajo de un grupo de historiadores, que asumen la idea como "un reto a partir de la rigurosa lectura de las investigaciones hechas hasta ahora", según el director del Juan Gil Albert.
Los trabajos del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME), bajo la dirección del profesor Ferrer Benimeli, han sido fundamentales, y los datos aportados han permitido inventariar y recopilar el material existente, sobre todo en el Archivo Histórico Nacional de Salamanca en su sección dedicada a la guerra civil española. Las requisas que la policía franquista practicó en las casas masónicas en cumplimiento del decreto de 1 de marzo de 1940 acumularon signos y objetos masónicos en el archivo, que hasta hoy sólo han sido utilizados por los historiadores.
Espadas y mandiles
Junto al de Salamanca, los organizadores de la muestra han obtenido otros objetos y documentos procedentes del archivo nacional y de la Biblioteca Nacional de Madrid, y también del Ateneo de esta ciudad. Asimismo, los responsables de la muestra han investigado en París y en otras localidades francesas, con visitas a logias, revisión de documentos y la observación de cuantos aspectos vivos y bibliográficos sobre la masonería europea y española fuesen de interés.Documentos escritos sobre el funcionamiento de la masonería, su organización, personalidad de los masones, actas, imágenes y fotografías de masones y objetos originales de los que éstos se sirvieron son los elementos esenciales de la exposición. En ella se muestran estandartes, objetos de ceremonial como espadas, collarines, mandiles, joyas e instrumental de oficio de albañil.
El papel de la masonería en España desde el siglo XVIII hasta el final de la guerra civil forma el grueso de la segunda parte de la exposición, que pone en duda la afiliación masónica de personalidades como Manuel Azaña o el conde de Aranda, mientras ratifica la pertenencia a logias de otros españoles como Martínez. Barrio, Sagasta, Juan de la Cierva, Ramón y Cajal y militares o clérigos como Pedro Estala.
En 1808, bajo el reinado de José I, hermano de Napoleón, los masones españoles comienzan a organizarse en la zona bonapartista. El profesor La Parra afirma que tanto José I como Napoleón "pusieron mucho interés en la difusión de la masonería porque ésta sirve al último de instrumento favorecedor de su expansión imperialista".
Contrariamente, en 1728 Fernando VI "reacciona contra lo que considera una invasión desde fuera y lucha por evitar la penetración masónica". Del mismo modo, las Cortes de Cádiz confirmaron el 19 de enero de 1812 el decreto de Fernando VI de 1751 por el que se prohibía la masonería en la monarquía española, cuyo precedente es la orden dictada en 1738 por el tribunal de la Inquisición.
La reorganización de la masonería en España tras los reinados; de Fernando VI e Isabel II, en los que se produjo una fuerte represión y la consiguiente decadencia, no tiene lugar hasta los años veinte. Durante la dictadura de Primo de Rivera se multiplican las logias, los triángulos y las inscripciones. "Prosigue entonces la vida floreciente de las logias, muchas de ellas en la ciudad y en la provincia de Alicante", añade La Parra, "mientras, en otros puntos del país se asiste a la decadencia de algunas".
"El desconocimiento de la masonería es aún hoy un hecho", asegura el director del Juan Gil Albert, "producido en buena parte por el halo de misterio a que ha estado sometida a raíz del final de la guerra civil; durante el franquismo se echaba mano del secreto masónico para hacer culpables a sus miembros de atrocidades como programar crímenes o atentados", finaliza.
Fenómeno antimasónico
La muestra La masonería española: 1728-1939 coincide con la celebración del IV Simposio de Historia de la Masonería Española, que por vez primera se celebra en Alicante bajo el título Masonería, revolución y reacción.A lo largo de cuatro días, reconocidos estudiosos de los masones españoles y europeos debatirán en ponencias, mesas redondas y multitud de comunicaciones aspectos como La masonería y el republicanismo, El fenómeno antimasónico en España, Masonería y revolución o El modelo sociológico de la masonería.
Las sesiones contemplan asimismo unas Reflexiones sobre el mito de la Revolución Francesa a cargo del profesor Juan Pablo Fusi, y otra ponencia de André Combes, del Instituto de Estudios e Investigaciones Masónicas de París, en torno a La masonería jacobina y revolucionaria.
El simposio finaliza el sábado próximo con una asamblea general de los miembros del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, que dirige José Antonio Ferrer Benimeli.
La muestra, que una vez clausurada en Alicante será expuesta en el Ateneo de Valencia, ha sido dirigida por el alicantino Ramiro Muñoz como comisario, con las aportaciones de Emilio la Parra, José Antonio Ferrer Benimeli, Juan Martínez Leal, Miguel Ors Montenegro y los diseñadores Josep Piqueras y Llorens Piza.
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