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EL ESTE CAMBIA

El incendio de un polvorín, última desventura soviética

Pilar Bonet

Un incendio en un depósito de municiones, que obligó a evacuar a 20.000 personas de la ciudad siberiana de Yurga, en la región de Kemerovo, es el último hito que se añade a la larga serie de desventuras sufridas por la Unión Soviética en vísperas del inicio, hoy, de las sesiones del Soviet Supremo (Parlamento), que tratará de hacer frente, con un nuevo marco legal, al deterioro de la situación económica experimentado por el país.

La radio soviética informó del accidente sin indicar cuándo había sucedido y aseguró que el peligro había pasado. Según la emisora, el incendio que se había declarado en un polvorín produjo una lluvia de municiones sobre la ciudad, a varios kilómetros de distancia. El suceso se suma a la lista en la que destaca el accidente de la central nuclear de Chernobil en abril de 1986 y, en junio pasado, la explosión de gas en la ruta del ferrocarril transiberiano en los Urales. Como en anteriores ocasiones, ahora se vuelve a hablar de negligencia y violación de las normas de seguridad.Gorbachov ha salido fortalecido políticamente del pleno del Comité Central que la semana pasada envió a la jubilación a varios conservadores, pero la vida cotidiana -sin muchos productos elementales- es cada vez más dificil y la imagen del líder se desgasta entre sus conciudadanos de a pie.

Durante el fin de semana, Boris Eltsin, Andrei Sajarov, Yuri Afanasiev, Gavril Popov y, Victor Palme, copresidentes del grupo parlamentario interregional, han dirigido una reunión en Moscú para elaborar su estrategia ante la sesión del Soviet Supremo. El grupo, que suma unos 300 diputados, vuelve a la escena con un programa más elaborado. Ha dejado de lado por ahora su intención de convocar una sesión extraordinaria del Congreso de los Diputados Populares (el superparlamento de 2.250 miembros que se reunirá el 10 de diciembre) porque, entre otras cosas no ha logrado recoger las firmas (un quinto del Congreso) necesa rias para plantear la cuestión Desde la última vez que se reunieron, para constituirse comc grupo en julio, hasta ayer, en la escena política del bloque socialista ha surgido un elemento que la oposición soviética observe con interés. Se trata del nueve Gobierno polaco con Solidaridad al frente. El grupo interregional soviético tiene a Solidaridad en su punto de mira, pero está aún lejos de la organización coherencia y experiencia del movimiento polaco.

El futuro de 'Pravda'

El diario Pravda, órgano del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), y el destino de su redactor jefe Victor AfanasieV, fue uno de los temas debatidos por los parlamentarios del grupc ínterregional, algunos de los cua les insistían en que Eltsin lleve a los tribunales al diario ítalianc La Repubblica por haber acusadc a EltsIn de un comportamiente: etílico y unos gastos personales que éste niega. "Es una acciór planeada. El estilo es ruso y nc italiano", decía Eltsin, que no se mostraba partidario de recurrir a los tribunales. El político -miembro del Comité Central- dijo no haberse comprado "ni una camisa ni una chaqueta' en su viaje a EE UU y haber en trado en un supermercado en compañía de su delegación para ver por sí mismo "los 30.000 pro ductos alimenticios".

El grupo interregional no tieile autorización para editar ur periódico propio ni mantener una cuenta corriente, según explicó ayer Afanasiev, que estaba descontento del encuentro mantenido el día anterior con el vícepresidente del Soviet Supremo Anatoli Lukianov y el presidente del Soviet de la Unión y nuevc miembro suplente del Po.litburó Evgueni Primakov. La cuenta bancaria de la oposición fue clausurada por orden de algún diri gente de identidad no establecida y el segundo número del periódico, que se llama ahora Boletín Informativo, no recibe el visto bue, no del Glavlit, o censura. No faltó ayer quien propusiera pedir ayuda a Occidente para publicar el boletín. Gritos de protesta acogieron al presidente del Soviet de la Unión, Rafik Neshetev cuando éste aseguró al grupo que no existe diferencia entre lo que éste persigue y lo que quiere la dirección de la URSS. Neshaev recomendó un "enfoque único" en oposición a las voces favorables a que el grupo se identifique ya de forma explícita corno une oposición. El científico Andrel Sajarov defendió la huelga come "unico método de ejercer influencia por parte de la población".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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