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El último paraíso del hombre contemporáneo

Los balnearios españoles pierden 11.500 millones de pesetas anuales por no estar en buenas condiciones

Los balnearios españoles están dejando atrás lo que ha sido la peor etapa de su historia. Los avances tecnológicos de la medicina en la segunda mitad de este siglo, así como la moda de pasar las vacaciones en la playa, robaron el protagonismo a las estaciones termales. Ahora, los balnearios españoles muestran una progresiva resurrección y hay pocos facultativos que se nieguen a reconocer, como tratamiento alternativo, las posibilidades curativas de las aguas medicinales, en las que España está considerada como el país más rico de Europa occidental.

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Carrera contra reloj

Tanto los médicos de balnearios como la Asociación Nacional de Estaciones Termales (ANET) y el departamento de medicina hidrológica están percibiendo mejor que nadie este resurgimiento. María Teresa Grande, secretaria general de la ANET, comenta que en un estudio que se realizó recientemente se concluyó que en España dejaban de entrar 11.500 millones de pesetas a través de las estaciones termales debido a que éstas no estaban en condiciones de acoger a toda la demanda que hay, fundamentalmente por parte de extranjeros.Ana y Carmen, dos jóvenes profesionales del mundo de la abogacía, se encontraron con que por primera vez disponían de 15 días libres y de una cuenta corriente relajada. Debido a sus crisis de celulitis, a los cutis castigados por el tabaco y el estrés, al exceso de peso por las comilonas invernales y a las tensiones acumuladas en sus trabajos y en sus amores, fueron a dar con sus cuerpos en un balneario: "Cuando veníamos hacia aquí", comenta Carmen, "nos reíamos en el camino, ya que teníamos la sensación de que nos incorporábamos a prácticas de ancianidad".

Agüistas

Al segundo día de estar en los baños de Fitero tenían claro que el resto de sus vidas iban a ser agüistas: "Además de tranquilidad y reposo, esto nos proporciona algo mucho más fundamental". Esta abogada sevillana se refiere al hecho de que durante todo el año, de alguna manera, se castiga, ya que está sometida a continuo estrés. "Aquí tomo conciencia dé que aún me quiero a mí misma y de que me encanta mimarme y ponerme más guapa, y eso es bueno para mi cuerpo, para mi cabeza".

Junto a múltiples casos como éste se encuentra otro importante grupo de personas jóvenes que llegan al balneario buscando exclusivamente arreglar o mejorar sus problemas reumatológicos, renales o de piel.

La moda no sólo afecta a nuestro país. En Estados Unidos, acudir a un balneario es el último grito y se importan, a altos precios, barros de distintas procedencias europeas. Estos recién llegados conviven con el agüista de toda la vida, que no puede prescindir de la balneoterapia "porque nos ponemos muy mal y se agudiza escandalosamente nuestra enfermedad", comenta un matrimonio de reumáticos que acude al balneario de Archena desde hace 18 años. Este tipo de clientes es el único que no ha dejado de ir en los últimos 40 años, y es normal ver en los balnearios cómo se celebran las bodas de plata de algún paciente que cumple 25 años acudiendo a sus remedios.

En estos momentos, en España quedan 100 balnearios en funcionamiento -algunos de ellos funcionan desde antes de Cristo-, de los que 20 están abiertos ininterrumpidamente todo el año. Cada establecimiento está especializado en dolencias y enfermedades como alteraciones en el aparato digestivo, aparato respiratorio, riñón y vías urinarias, enfermedades reumatológicas y traumatología, sistema circulatorio, ginecología, sistema nervioso y piel. Pero los médicos de balneario cada vez se encuentran con más personas que buscan un tratamiento que palie el estrés y el agotamiento al que se somete la mayoría de la población. Además se empiezan a incorporar tratamientos estéticos. Alguno de los balnearios que ofrecen, junto a las instalaciones tradicionales, alternativas para el agüista moderno son el de Panticosa y Vichy Catalán, situados en Cataluña. Ésta es la zona que ofrece una gama más variada de balnearios, pero, en cualquier caso, no hay ni una sola comunidad autónoma en la España peninsular que no posea varias estaciones termales, muchas de las cuales están adecuando sus dependencias para abrir todo el año o una gran parte de él y no sólo el período estival, tal y corno aún ocurre en casi 60 balnearios. Es frecuente que muchos pacientes busquen remedio a sus males en el balneario que más les atrae por proximidad, por sus característícas hoteleras o por su generosa situación geográfica.

Tanto el doctor Esteban Múgica como José Antonio Frías afirman que las aguas de Fitero, donde trabajan, tienen radón, una sustancia que se ha demostrado que actúa directamente sobre el sistema nervioso como un relajante.

En la práctica totalidad de los países europeos, la balneoterapia se encuentra incluida dentro de las prestaciones sanitarias desde hace numerosos años. España se incorporará en 1990 a esta norma, ya que recientemente el Ministerio de Asuntos Sociales ha preparado un decreto para incluir ese servicio en las prestacíones del Instituto de Servicios Sociales (Inserso) para los pensionistas mayores de 65 años .

Grupos de empresas

En Europa, la cobertura económica por parte de la Seguridad Social para poder acudir a un centro termal incluye tanto a personas de distintas edades como a numerosas empresas y entidades privadas -al igual que en Estados Unidos- que mandan a sus empleados un período de tiempo al año a recibir tratamiento hidroterápico.

Con ello se consiguen los resultados que todos los médicos de balneario consultados señalan: mejoría real de los pacientes que acuden, una reducción importante o total de los fármacos que ingieren para sus dolencias, disminución en el absentismo laboral. Todo ello conlleva una descongestión de las consultas médicas generales y una reducción en el número de camas hospitalarias ocupadas. Esto supone un sustancioso ahorro económico, ya que siempre un balneario será más barato que la asistencia hospitalaria.

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