Las administraciones afirman que la carne de vaca con períneumonía no es dañina para el consumidor
El Instituto Nacional del Consumo (Inco), del Ministerio de Sanidad y Consumo, ha remitido un escrito a las asociaciones de consumidores españolas en el que asegura que la perineumonía bovina es una enfermedad que afecta exclusivamente al ganado vacuno, sin que en ningún caso se haya detectado transmisión de la misma a la especie humana. El director general de Política Alimentaria, Mariano Maraver, señaló ayer que la detección de esta enfermedad correspondía a las comunidades autónomas, y añadió que hoy hay más calidad que nunca en los productos alimentarios españoles.
Según Maraver, el Ministerio de Agricultura "no inspecciona ni los mataderos ni los establos ni las carnicerías", ya que eso corresponde a las comunidades autónomas. "Se está creando una falsa voz de alarma entre la población, cuando hay más calidad que nunca en la industria alimentaria española", recalcó Maraver.El subdirector de Sanidad Animal, Carlos Escribano, informará hoy al comité de veterinarios de la Comunidad Europea sobre el foco de perineumonía vacuna que se produjo en la localidad de Navas de San Antonio, en Segovia. La CE podría haber establecido un programa comunitario de lucha contra esta enfermedad si España hubiera infeirmado a la Comisión Europea, como lo hizo en su día Portugal, sobre la aparición de la perineurnonía bovina, señaló un portavoz comunitario. Varios países de la CE, entre ellos Francia y la República Federal de Alemania, estudian medidas para proteger a su ganado y a sus consumidores contra los brotes de esa enfermedad. surgidos en España. En opinión del director general de Política Alirnentaria, los problemas de intoxicaciones alimentarías en España son normales por el clima caluroso que afecta al país y porque el consumidor demanda productos más naturales que implican la sustitución de muchos aditivos y conservantes. En un comunicado difundido ayer por el Ministerio de Agricultura, se subraya que "resulta evidente la mejora de la calidad de las carnes frescas puestas a disposición del consumidor, tras la erradicación del uso de algunos aditivos en piensos que provocaban acumulación de agua en Jos tejidos".
Para hoy está prevista una reunión, en la sede del Instituto de Consumo, en Madrid, con las asociaciones de consumidores para intercambiar ínformación sobre este asunto. Y mañana se reunirá la Comisión Inter Ministerial de Inspecciones, en la que están representados el Ministerio de Agricultura, Sanidad, Comercio y el Inco, para elaborar un dictamen al respecto e informar cuanto antes a la opinión pública para tranquilizarla, señaló ayer el subdirector general del Instituto Nacional de Consumo, José L. Centeno.
"Posible fraude"
"Hay que estudiar si esa carne, que no afecta a la salud humana, tiene o no las mismas cualidades nutritivas que una carne sana, porque pudiera haberse producido un fraude comercial. Pero esto habrá que estudiarlo con los expertos en nutrición", señaló Centeno.Según datos oficiales del Gobierno de Castilla y, León, entre julio de 1985 y diciembre de 1988 fue liberada totalmente al consumo la carne de 3.269 reses afectadas de perineumonía, procedentes de Navas de San Antonio (Segovia), enfermedad que fue enmascarada por las administraciones como tuberculosis, pese a que el reglamento de mataderos dice que el ganado afectado de perineumonía tiene que ser decomisado totalmente en los centros de sacrificio.Para el Inco, la perineumonía sólo se transmite de unos animales a otros por vía respiratoria y tampoco existe peligro de transmisión a la persona humana por el consumo de carne o leche procedente del ganadoenfermo. El Inco dice que la lucha contra esta enfermedad se justifica por razones de protección de la cabaña ganadera y el sacrificio de los animales enfermos es independiente de su nula incidencia en la salud humana.
A juicio de asociaciones de consumidores de Castilla y León es incomprensible que no se cumpla el reglamento de mataderos por lo que, en estos momentos, no se puede garantizar que las carnes para el consumo cuenten con el correspondlente filtro sanitario. Además, opinan que liberar al consumo carne afectada de perineumonía es también un fraude económico, ya que el consumidor paga la carne como de buena calidad.
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