La huelga de transportistas aumenta los problemas del sector lácteo en Cantabria

La huelga de transportistas creó ayer muy graves problemas a las industrias lácteas de la región, concretados en una mínima entrega de leche por parte de los ganaderos mediante la utilización de sus propios automóviles. Portavoces de Nestlé aseguraron a mediodía que la leche recibida hasta entonces no llegaba a los 20.000 litros, cuando la cifra total en esta época del año asciende a 200.000. Los sindicatos ganaderos de la región han solicitado a la Delegación del Gobierno que garantice la recogida de leche.

De las tres asociaciones empresariales, sólo una, Asemtrasan, ha ido a la huelga para protestar, según sus dirigentes, por el número incalculable de camiones indocumentados que circulan por la región o trabajan en obras sin que ningún organismo intervenga para arreglar la situación; otro de los motivos que ha generado el conflicto es el incumplimiento, por parte de los intermediarios, de los acuerdos adoptados por el Centro de Distribución de Cargas. Según fuentes de Asemtrasan, ninguno de los 1.600 camiones pertenecientes a la asociación cargó ayer en Cantabria, aunque algunos pudieran estar circulando por sus carreteras de regreso a la base procedentes de otras provincias.Para Jóvenes Agricultores, el nuevo conflicto que los afecta, al margen de las reinvidicaciones que tienen pendientes con las industrias lácteas, sólo sirve para, acentuar la gravedad de la situación. Ayer quedaron sin. entregar más de un millón de litros a las industrias de la región, y la huelga de los transportistas puede durar nueve días seguidos. Lo mismo que la víspera, los ganaderos solicitaron ayer la intervención de la Delegación del Gobierno "para que recuerde a las industrias, a las que tanto ha defendido estos días en contra de nuestros intereses, la obligación que tienen de recoger la leche en casa de los productores sin esperar a que sean éstos quienes la lleven a las empresas utilizando sus propios medios y gastando el combustible de su bolsillo".

Para el delegado del Gobierno en Cantabria, la mediación de la Administración solo será posible, una vez establecido un nuevo marco de relaciones entre industriales y ganaderos, de acuerdo con el laudo del Ministerio de Agricultura.

Francisco Rodríguez, secretario regional de Jóvenes Agricultores, estima que las pérdidas ocasionadas por el paro de ayer pueden ascender a 60 millones de pesetas, cantidad de la que, afirmó, deben hacerse cargo las empresas del sector.

Situación delicada

Fuentes de Nestlé calificaron de muy delicada la situación planteada al sector lácteo por los camioneros, después de cuatro jornadas consecutivas de movilizaciones protagonizadas por los ganaderos.La factoría SAM-RAM, de Renedo, propiedad de Tabacalera, donde el jueves se produjo un escape de amoníaco seguido de incendio, se encuentra paralizada tras haber perdido la capacidad de refrigeración; actualmente transformaba 200.000 litros de leche fresca en pasteurizada y de larga vida. El director general del grupo, Sebastián Masdeu, llegó ayer a Renedo para visitar las instalaciones y estar presente en la inspección pericial iniciada para averiguar si la avería tuvo carácter fortuito o fue provocada. "De momento, no me pronuncio al respecto", dijo ayer a este periódico. La industria no habrá recuperado la normalidad hasta transcurridos unos ocho días.

Las movilizaciones de los ganaderos se prolongaron, por grupos posiblemente incontrolados, hasta varías horas después de la medianoche pasada, en que, según los sindicatos, debían haber terminado. Alrededor de las 11 de la noche del jueves, unas 200 personas hicieron verdadero alarde de fuerza al arrastrar una plataforma sin ruedas de 7.000 kilos de peso y colocarla en el puente de Treto, en plena carretera Santander-Bilbao, cuya circulación quedó interrumpida hasta la una de la madrugada de ayer, en que el obstáculo pudo ser retirado.

A las 11 de la noche, numerosos ganaderos, concentrados frente a la factoría SAM, en Renedo, incendiaron una barricada en plena carretera Irún-La Coruña, para cuya extinción fueron requeridos los servicios de los bomberos de Torrelavega. Cuando éstos llegaron al lugar fueron recibidos a pedradas, por lo que no pudieron actuar. Los agentes antidisturbios, que cuidaban del orden en Treto, hubieron de desplazarse rápidamente hasta Renedo, a unos 30 kilómetros, para enfrentarse a los ganaderos. Cerca de la medianoche, una voz anónima avisó al hotel donde se alojan parte de los agentes antidisturbios de que había sido colocada una bomba por lo que el edificio tuvo que ser desalojado.