Tierna y asustada
La ministra de Justicia colombiana, Mónica de Greiff, tiene 32 años, un hijo de tres y un marido publicista. Hasta hace seis meses, cuando fue nombrada viceministra de Justicia, era una desconocida para los colombianos. Su actuación más importante en este cargo fue coordinar las mesas de trabajo para adelantar el diálogo entre el Gobierno, los partidos políticos y el grupo guerrillero M-19.Es una mujer tierna. Algunos dicen que tiene apariencia de hippy. Fue considerada uno de los pilares del último Gabinete ministerial, nombrado el pasado 17 de julio. Muchos criticaron al Gobierno por haber elegido mujeres para los cargos más difíciles del país Ministerio de Justicia y Ministerio de Minas. Además, nombró ministras de Trabajo y de Obras Públicas.
Mónica de Greiff dirige un ministerio que ha cambiado ocho veces de titular en los últimos tres años y es la única mujer que ha ocupado en el país este cargo. En el anterior Gabinete, en el del social conservador Belisario Betancur un ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, fue asesinado y otro, Enrique Parejo, se salvó de un atentado.
No hay duda. Ser ministro de este ramo es el cargo más difícil y peligroso en Colombia Mónica de Greiff no parece la persona adecuada para enfrentar este desafío. Hace pocos días, tras el anuncio de los jueces de dimitir colectivamente por falta de garantías para ellos y sus hijos, la ministra declaró: "Lo que vamos a hacer es nombrar jueces que no estén casados y que no tengan hijos".
Un día antes de partir a Estados Unidos, el miércoles de la semana pasada, la ministra con cara asustada, dijo por televisión: "Yo soy una ministra para los tiempos de paz, no para los tiempos de guerra".
Se dice que ese día había recibido la última amenaza telefónica: "Definitivamente usted va a ser la próxima". Una fuente cercana a la familia de Mónica dijo a EL PAÍS que la ministra, quien viajó con su familia -su esposo y su hijo-, no regresará por el momento. Su gestión oficial en EE UU termina el 7 de septiembre.
