_
_
_
_
CAMBIO Y AGITACIÓN EN EL ESTE

Con esperanza y sin entusiasmo

ENVIADA ESPECIAL Varsovia ha vivido con cautela y sin dejar de cuniplir ninguna de sus fatigosas rutinas la histórica jornada del advenimiento de un primer ministro no comunista al Gobierno del país. Los polacos se han afanado como siempre, portando sus grandes bolsas de plástico habituales, en comprar lo necesario -o lo que han encontrado- en las tiendas de comestibles. A la misma hora en que Mazowiecki pronunciaba sus conmovidas palabras de gratitud en el Parlamento, las mujeres cargaban con sus niños y se quejaban, una vez más, de las colas.

Si les preguntabas su opinión te decían que tienen esperanza de que las cosas mejoren. En sus ojos, no obstante, no brillaba el entusiasmo. No ha habido celebraciones en las calles, y esto debe achacarse tanto a la prudencia que los mismos vencedores están mostrando como al esfuerzo que en estos momentos constituye para cualquier ciudadano hacer un gesto más expresivo que otro.

Más información
Mazowiecki promete una nueva Polonia con economía de mercado y pluralismo

Por otra parte, aunque conscientes del gran cambio que está experimentando la sociedad polaca, quizás no alcanzan a comprender la dimensión que tiene en el contexto de la Europa del Este. Les preocupa demasiado la subsistencia.

En el interior del Parlamento era muy distinto. A la soledad del comunista del fondo, es decir, de los miembros del partido, que no por casualidad se sentaban a la derecha de la tribuna de oradores, se oponía con enorme descaro la popularidad de que gozan los políticos de Solidaridad.

Fotógrafos y periodistas agobiaban literalmente a la mayoría de los nuevos vencedores, mientras que los componentes del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), en su mayoría de oronda figura, permanecían solitarios en sus asientos o deambulaban como almas en pena por los pasillos decorados, todavía, con tapices chillones de motivos siderúrgicos, en el mejor estilo stalinista. A nadie les daba lástima.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_