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Los trabajadores del Patrimonio Nacional acusan a la empresa de empañar su honor

El comité de empresa del Patrimonio Nacional rechazó en una nota hecha pública ayer las declaraciones realizadas por el subdirector general de Bienes Muebles de este organismo, Román Ledesma, en las que señaló que "hoy en el palacio Real todos somos sospechosos", así como las medidas de seguridad adoptadas con los empleados por considerar que convierten a éstos en los "principales sospechosos" de la sustracción de tres cuadros ocurrida en el palacio Real de Madrid el pasado 14 de agosto. Los lienzos, dos de Velázquez y uno de Carreño de Miranda, están valorados en 275 millones de pesetas.En dicha nota, el comité de empresa denuncia "las deficientes condiciones de seguridad del palacio" y que la dirección del Patrimonio Nacional haya ocultado que "la mayor parte del personal de dificil control que recorre todo el palacio pertenece a las numerosas contratas introducidas para la restauración que sufre el piso principal", en una de cuyas salas se cometió el delito.

En su escrito, los trabajadores exigen a los responsables del organismo -"que no se les ha llamado para que se presenten a la gran tangana que con tintes de película policiaca se ha montado en este mes de agosto en el Patrimonio Nacional"- que expliquen las circunstancias del robo y por qué el palacio sigue vigilado por la empresa de seguridad Prosegur y "no como siempre por fuerzas del Ejército y cuerpos de seguridad del Estado".

Román Ledesma, único portavoz del Patrimonio Nacional en estos momentos, ya que el gerente de este organismo, Julio de la Guardia, ha declinado hacer declaraciones, y su presidente, Manuel Gómez de Pablos, se encuentra de vacaciones y no ha podido ser localizado por EL PAÍS, confirmó ayer que continúan las operaciones de búsqueda de los lienzos por las dependencias del palacio Real.

El grupo de delitos contra el Patrimonio Histórico y Artístico, adscrito a la brigada de Policía Judicial, prosigue las investigaciones para el esclarecimiento del robo con la ayuda de varios miembros de la brigada regional de Madrid.

"Broma de mal gusto"

Juan Martínez, conservador responsable de la sala en la que se cometió el delito, fue quien, junto con un investigador belga experto en pintura flamenca, detectó la falta de los cuadros la mañana del pasado 14 de agosto. "Mi primera impresión fue que no era correcto que se hubieran retirado esos cuadros por no ser un juego completo. Después sentí que se me caía el corazón al suelo", dice.Para Juan Martínez, que considera adecuado el sistema de seguridad del palacio, el robo es "una broma de mal gusto" realzada por alguien que "desconoce el valor de los mismos, pues junto a ellos se encuentra el Retrato del Conde-Duque de Olivares en miniatura, también de Velázquez, de mucho mayor interés artístico y valorado en 250 millones de pesetas".

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